miércoles, 5 de diciembre de 2012

El crucero por el Caribe de JP

CRUCERO DE CINCO DIAS POR EL CARIBE EN EL “CENTURY” DE LA LINEA CELEBRITY

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Los cruceros se hacen cada día más populares. No es extraño, dado que es un forma agradable, relativamente económica y, sobre todo, cómoda de viajar. Si le gustan los cruceros, o no, depende de que es lo que le atrae en una vacación. Para aquellas personas que prefieren, como yo, llegar a un lugar y “revolverlo” a fondo, los cruceros no son la forma ideal de viajar, ya que los barcos suelen parar solo unas horas en los diferentes puertos y ofrecen una oportunidad limitada de conocer un destino. Pero aquellos que no tienen especial interés en explorar un destino y solo quieren ver “lo mas importante”, el crucero es una buena opción. Esta opción se hace aun mas interesante si se tiene en cuenta que los cruceros ofrecen una variedad enorme de experiencias culinarias, entretenimiento a toda hora, casino, espectáculos, discotecas, películas, piscinas, divertidos concursos, un trato exquisito al cliente y todos las “amenidades” de un gran hotel que, en este caso, se desplaza de un lado a otro sin que haya que empacar y desempacar maletas. Los cruceros son un modo de viaje hecho a la medida para una familia con niños, ya que casi todos ofrecen actividades especiales para niños pequeños y adolescentes que le permitirán, si lo desea, andar a su aire mientras los chicos se divierten por el suyo. También son una forma ideal de viaje con un grupo de amistades o familiares, ya que las personas que viajan juntas puedan optar por reunirse para cenar, realizar alguna excursión en el puerto en conjunto o salir “de noche” u optar por andar independientes y realizar por su parte actividades en las cuales el resto del grupo no tiene especial interés. Quizás la mejor manera de disfrutar un crucero es en un área como el Caribe. Las islas que se visitan son preciosas y tienen algunas de las playas y paisajes más hermosos del mundo, pero son pequeñas. Por lo tanto, se “ven” rápido y no plantean excursiones muy complicadas o demasiadas alternativas para los viajeros que gustan de conocer un lugar a fondo. Están, además, muy preparadas para recibir visitantes por mar. Así que el viajero se encontrara, al bajar del barco, con todo tipo de facilidades y alternativas para realizar una visita por su parte si no quiere unirse a una de las excusiones organizadas que ofrece la compañía naviera. El crucero que se describe en este articulo es, quizás, bastante típico de los que se ofrecen por el Caribe y le dará, tal vez, una idea a las personas interesadas de que es lo que puede esperar en una excusión de esta índole. Los cruceros de la línea "Celebrity" Royal Caribbean ofrece tres líneas de cruceros. Los cruceros denominados Royal Caribbean suelen utilizar enormes embarcaciones (incluyendo algunos de los barcos de pasajeros mas grandes del mundo) que ofrecen “algo para todo el mundo” a precios muy asequibles. La línea Celebrity utiliza barcos mas pequeños con acceso a puertos menos conocidos y sin tanto trafico y ofrece un trato mas esmerado y un ambiente algo más intimo. La línea Azamara se considera la opción de gran lujo, suele tocar en puertos mas exóticos, pasa mucho mas tiempo en los destinos escogidos (generalmente permaneciendo en puerto desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche y quedándose, en ocasiones, dos días en destinos particularmente interesantes) y trata del ofrecer a los pasajeros una experiencia similar a la que recibiría la persona en un elegante yate particular.

 ORGANIZACIÓN DE NUESTRO CRUCERO

En esta ocasión, salimos cinco personas muy amigas del puerto de Miami en el barco “Century” del Celebrity Line con destino a Ocho Ríos, Jamaica, y Grand Cayman. Como se recibe al viajero en el puerto? El proceso es muy fácil y agradable. El barco no zarpa hasta después de las cinco de la tarde, pero esta abierto a los viajeros desde el medio día. El proceso de recepción en el puerto de cruceros de Miami, que es el mayor del mundo, no puede ser más sencillo. Aquellos de nosotros que vivimos en el Sur de la Florida nos acercamos al puerto en nuestros coches. A la entrada de la zona portuaria el empleado de turno en la caseta de recepción le indicara donde se encuentra su barco (suele haber varios al mismo tiempo en puerto) y donde puede dejar el coche guardado. Al llegar frente al punto de embarque, que suele se un gran edificio con el nombre de la compañía naviera, los pasajeros se bajan uno de los maleteros se hace cargo del equipaje y lo marca para para enviarlo a la habitación escogida (que aparecerá en su talón de embarque) y el conductor lleva el coche hasta una gran zona de aparcamiento en frente del punto de embarque donde lo puede dejar por varios días a un precio módico. Una pareja amiga, que venía desde Europa y se estaba alojando en un hotel de Miami Beach, se dirigieron al puerto vía un taxi, que les cobro unos $40 y les dejo junto al resto del grupo en la entrada de la zona de embarque. Una vez dentro del edificio, el proceso de embarque es rápido. Dos docenas de agentes, en mostradores con las letras del alfabeto que identifican la primera del apellido de la persona que ha hecho la reserva, se ocupan de procesar a las personas a medida que van llegando, se aseguran que sus pasaportes estén en regla y contestan cualquier pregunta o resuelven cualquier problema que tenga el viajero. Normalmente ya el viajero habrá indicado en su aplicación que horas prefiere para comer y cenar. Aquí puede, además, pedir que le pongan en alguna mesa donde los camareros (o los compañeros de mesa, si es parte de un grupo pequeño) hablen español o cualquier otro idioma (si es que es posible esa opción).

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Una vez terminados los tramites, los pasajeros entran al barco vía unos cómodos ascensores y, quedan libres para disfrutar de todas las amenidades que este ofrece. Olvídese del equipaje, que eventualmente será colocado en su habitación por su asistente personal. Si no ha comido todavía, o si ya comió pero quiere algo mas, este es el momento de darse la primera vuelta por el buffet, que en el caso del “Century” es enorme y esta rodeado de enormes ventanales de cristal desde los cuales se ve una preciosa vista de la ciudad y del puerto. O tal vez prefiera darse una vuelta por el área de las piscinas y jacuzzis, donde ya estará tocando una banda de música “tropical” justo al lado de donde preparan, continuamente, hamburguesas, perritos, pizzas y todo tipo de comida rápida de muy buena calidad. Varios bares, y varios camareros, se ocupan de ofrecerle copas tropicales, cervezas, vino o la bebida que desee. Aclaro aquí que las bebidas no alcohólicas en los restaurantes y bares del barco suelen estar incluidas, al igual que todas las comidas, en el precio del crucero, pero las alcohólicas no… Advierto también que esta prohibido traer licor desde tierra firma y que, si decide a comprar bebidas “tax free”en la tienda del barco, no se las entregaran hasta que llegue a su destino final. Por lo tanto, si quiere vino con la cena, un daiquiri o una piña colada, tendrá que pagar por ella. Los precios no son súper económicos pero tampoco son mas altos de los que se pagarían en un restaurante o bar de buena calidad en tierra firme.

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A las 5:30 casi todos los pasajeros se reúnen en las cubiertas para ver el barco zarpar pero, un poco antes, se realiza un simulacro de abandono del barco para familiarizar a los pasajeros con lo que tendrían que hacer en caso de una emergencia. La salida de Miami, con la vista de las elegantes mansiones rodeadas de vegetación tropical en las islas de la bahía de Biscayne, las carreteras que cruzan sobre el mar conectando Miami con Miami Beach, el trafico de barcos y yates particulares y el impresionante skyline formado por los rascacielos del down town es, francamente, espectacular. En la cubierta central los animadores organizan el baile alrededor de las piscinas mientras la orquesta toca música típica de las islas. Finalmente, y al son de la música, el barco entra al estrecho canal que separa los altos edificios de South Point y South Beach de las exclusivas residencias de Fisher Island y deja atrás la cadena de playas de Miami Beach con el trasfondo de la puesta del sol sobre la ciudad. Realmente impresionante.

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Esa noche tuvimos nuestra primera cena en el restaurante tradicional del barco. El menú generalmente ofrece 5 o 6 aperitivos, varias sopas, ensaladas exóticas, varios entrantes y una gran variedad de postres. Los comensales pueden escoger un plato de cada categoría o, si lo prefieren, varios de una categoría. También pueden, si les gusta un plato especialmente, pedir una segunda (o tercera) ración con total tranquilidad. Como en todos los cruceros en que he estado, la cocina es de primera calidad y el servicio fuera de serie.

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 De la cena nos vamos a ver el espectáculo que se ofrece esa noche en el teatro del barco, que resulta ser un show tipo “Las Vegas” con números de conocidas obras musicales de Broadway. De ahí nos vamos un rato a cubierta, a conversar y a disfrutar de la brisa y de un cielo lleno de estrellas y, de allí, a la cama. Por cierto, no preocuparse por el tema del mareo. Estos barcos son tan grandes que ni parece que se mueven…. DIA DOS Este día lo pasamos navegando hacia Jamaica. Yo pensé que me iba a aburrir un poco por aquello de que el día se pasa en alta mar donde “no hay nada que hacer” pero la verdad es que hay mucho que hacer. El barco ofrece todo tipo de amenidades (aparte de comidas a toda hora). El casino y las tiendas “tax free” están abiertas y hay conciertos de música de cámara, conferencias, concursos entre los pasajeros, clases de baile, un “spa” enorme, canchas de tenis, varias piscinas, biblioteca, un cine, música en vivo y no se ni cuantas cosas mas. Mi mujer se va al “spa” con una de las amigas y yo pruebo una sesión de acupuntura, porque padezco de sinusitis y me han dicho que este tipo de tratamiento puede eliminar o mejorar el problema. La verdad es que me decido a ir a una sesión, mas que nada, por probar algo diferente porque no tengo la menor fe en que me resuelva nada pero, para mi sorpresa, no solo resulta la sesión muy relajante sino que, además, noto que respiro mucho mejor. Quien me lo iba a decir… Tan bien me va que hago una cita para una segunda sesión otro día… Esa noche, después de la cena, vemos un “show” diferente que, por cierto, no nos gusta tanto como el primero. Luego nos vamos a un piano bar donde alternan un trio y un pianista tocando música de esa “de siempre”, que algunos tararean y otros acaban bailando. La verdad que, para “no haber nada que hacer”, el día ha sido muy entretenido y se ha ido muy rápido. Aunque creo que lo que realmente hemos disfrutado mas es la rara oportunidad de sentarnos a leer sin interrupciones un buen libro en cubierta, disfrutando de la vista del mar y de la brisa, y de las divertidas conversaciones con nuestras amistades, a quienes queremos pero que, a veces, ni tenemos tiempo de ver. 

JAMAICA

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Esta mañana el barco amanece atracado en Ocho Ríos. Jamaica, que mi mujer y yo ya conocemos, es una isla preciosa que conjunta magnificas playas de arena blanca con una vegetación exuberante y un interior montañoso y selvático. Y Ocho Ríos es uno de los lugares más bonitos de la isla, porque no es muy grande, esta bien cuidado, tiene una estupenda playa y esta rodeado de montañas por las que se despeñan hermosas cascadas. La más conocida de estas es Dunn River Falls, una serie de saltos de agua que van formando lagunas y que finalmente desembocan en una bonita playa. La diversión aquí es ir subiendo por los saltos con la ayuda de los guías jamaiquinos que, por la clásica propina, cargan con las cámaras, fotografían a todo el que pueden y tiran del brazo y ayudan a subir a aquellos que encuentran la escalada un poco difícil. El barco ofrece un montón de excursiones por Ocho Ríos y las inmediaciones pero mi mujer y yo, que conocemos la isla, sugerimos alquilar un taxi con conductor por nuestra parte. El resto del grupo no esta muy por la idea porque han oído (con razón) que Jamaica es una isla bastante peligrosa con un índice alto de criminalidad. Aunque es cierto que Kingston, la capital, no es muy de fiar, las zonas turísticas de la costa norte están bien cuidadas y no presentan mas peligro que el que se pudiera encontrar en cualquier otra parte. Finalmente, mi mujer y yo ganamos la partida y nos vamos los cinco por nuestra cuenta. En seguida encontramos varias agencias en el puerto que ofrecen un coche con conductor, por 5 o 6 horas, para visitar el área inmediata por un precio infinitamente más bajo que el que hubiéramos pagado por ir en comparsa en los autobuses que llevan a los excursionistas del barco. Nos quitamos, además, del medio la clásica y pesada visita a la tienda de ron, perfumes, cestos de paja, ceniceros de alabastro o lo que surja (porque estas tiendas de “cosas típicas” a precios “especiales” indudablemente surgen en todas las excursiones organizadas). Aclaro que, al fin y al cabo, nuestras amistades quedaron contentísimas con la opción y, a pesar de su miedo a ser asesinados y robados en medio de la selva, terminaron por pasarla muy bien en la excursión que organizamos sobre la marcha. Nuestro conductor nos llevo a donde, más o menos, le pedimos. Primero nos pasó por el “Fern Gully”, o el valle de los helechos, que es una especie de garganta en las montañas que rodean la ciudad llena de helechos arborescentes. Para mi sorpresa, el valle de los helechos se había convertido, desde mi ultima visita, en “el valle de los chiringuitos de suvenires feos”, porque todo el borde de la carretera se había cubierto de tenduchas de mala muerte y a punto de desplomarse llenas hasta el techo de las tallas “africanas” de peor gusto y peor hechas que he visto nunca (y he visto unas cuantas). Había de todo, pero la especialización eran mujeres con senos como proyectiles de la NASA, elefantes y jirafas que no tenían un parecido ni siquiera casual con estos animales y señores con una dotación personal realmente sorprendente. Nos fuimos sin ver el valle, porque con tanto chiringuito ni se veía el paisaje y, por supuesto, no compramos nada… De allí dimos unas vueltas por las lomas que rodean la pequeña ciudad, visitando algunos miradores desde donde se ven vistas muy bonitas.

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Mas tarde hicimos una parada en uno de los famosos jardines botánicos del área (donde nos pillo el típico aguacero tropical).

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 Finalmente, pasamos por el restaurante “The Ruins”, en el centro de la ciudad, que esta organizado a varios niveles alrededor de una preciosa cascada. 

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Terminamos, como es natural, en Dunn River Falls, donde hicimos la clásica subida de laguna en laguna por los saltos de agua pero omitiendo la típica “línea de conga” atrás del guía local que se montan los visitantes del norte de USA o de Europa, rojos y quemados por el sol, para subir las cascadas cuando aterrizan por allí en las excursiones organizadas por los cruceros.

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De las cascadas volvimos al puerto e hicimos algunas compras de ron, que en Jamaica es bueno y barato. Las tiendas llevan lo que se compra directamente al barco y la compañía naviera lo entrega a cada pasajero al llegar a Miami. Después de ducharnos, quitarnos la ropa de playa y disfrutar de otra estupenda cena, nos vamos una discoteca pero, como todavía no tiene mucho ambiente, acabamos en una especie de “cabaret” donde bailamos al son de una pequeña orquesta que toca música de salsa y que no lo hace nada mal. DIA CUATRO: GRAND CAYMAN Esta mañana el barco amanece anclado en St. George, Grand Cayman. Gran Caimán es un archipiélago formado por 3 islas bastante pequeñas localizadas al sur de Cuba que ha organizado su vida económica alrededor de la banca internacional y las cuentas privadas y confidenciales. Como es de esperar, tiene un nivel económico muy superior al del resto de la zona. Al bajar al puerto, por ejemplo, nos encontramos con un elegante centro comercial que especializa en joyas de todo tipo en vez de los sombreros de paja y las maracas que son el típico producto de otras islas. Buscamos un taxi para que nos lleve a la archifamosa Seven Mile Beach (la playa de las siete millas) que se supone es la mejor de la isla y una de las mejores del mundo. El taxista que contratamos resulta ser un cubano que huyo de sus país en una barca y termino estableciéndose allí con su familia. Al oírnos hablar español, nos ofrece un servicio estupendo, nos deja en uno de los mejores rincones de la playa (donde nos recoge después a la hora convenida) y hasta nos presta su teléfono móvil para que llamemos a la familia en la Florida. La verdad que tuvimos suerte… La Playa de las Siete Millas hace honor a su fama y es verdaderamente espectacular. Nos encontramos con arena muy blanca y muy fina, un mar con todas las gamas del azul turquesa, casuarinas moviéndose con la brisa, sol, aguas cristalinas y, bueno, para concluir, con todas las características que se pueden esperar de una playa que esta considerada una de las mejores del mundo. Decidimos que estamos de acuerdo con su ránking entre las playas mundiales y nos metemos al agua un rato a pesar de que, en Febrero, el mar esta un poco fresco.

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Mi mujer, que ha estado en Grand Cayman en otras ocasiones, nos sugiere que, si volvemos alguna otra vez, tomemos una excursión a un banco de arena cerca de la playa donde se congregan miles de pequeñas manta rayas a las cuales se puede dar de comer y entre las cuales se puede nadar tranquilamente. Esta noche es la recepción del capitán, que tiene lugar en el teatro. Hay que ponerse un poco elegante para la ocasión. Se supone que las señoras lleven traje de “coctel” y los hombres al menos americana. Hay quienes se ponen de tiros largo pero la realidad es que, si se va mas o menos bien vestido, se pasa desapercibido aunque no se lleve traje ni otros números de esa índole. La recepción consiste en que el capitán saluda a todos los pasajeros a medida que van llegando, se saca una foto con ellos si es que lo desean y después presenta al resto de los oficiales de la tripulación mientras varias camareras ofrecen copas gratis al personal que, aclaro, son las únicas bebidas alcohólicas gratis que ofrecen en los barcos y que, por lo general, están bastante flojas. Esa noche la cena en el comedor principal es también elegante. Generalmente sale a relucir la langosta y, al final, las docenas de camareros (que proceden de todas partes del mundo) se reparten por el salón cantando, bailando y llevando enormes soufflés flambeados (que no están nada mal, por cierto). Créanlo o no, resulta divertido. DIA CINCO: DE NUEVO EN ALTA MAR Otro día de relajación en alta mar. La verdad que la pase tan bien el primer dia en alta mar, jugando a las cartas, riéndome con los amigos que nos acompañan y visitando los diferentes restaurantes que este no me parece tan mal. Aprovecho además para hacer la segunda sesión de acupuntura. A media mañana, nos apuntamos para una excursión dentro del barco para visitar las cocinas y ver como se preparan los miles de platos que se sirven en el barco diariamente. La verdad que es alucinante salir de los salones “turísticos” del barco y adentrarse en el laberinto de las enormes cocinas, frigoríficos y áreas de preparación donde trabajan literalmente montones de personas preparando desde sushi hasta postres elaboradísimos. Termínanos la visita con una demostración de como se cortan las verduras, los panes y las frutas para crear espectaculares centros de mesa que, mas que centros de mesa, parecen obras de arte. En otra sección, vemos como se construyen increíbles esculturas de hielo 

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 Esa noche hay un buffet especial de media noche amenizado por música viva y seguido de baile alrededor de las piscinas. Es, realmente, una obra de arte, ya que aparecen las confecciones y esculturas de hielo que vimos hacer por la tarde. La variedad es increíble y tod tiene una pinta estupenda pero, por desgracia, hemos cenado súper bien esa noche y no nos cabe mas que unas uvas, un pedacito de queso y algún ejemplo pastelería francesa. 

DESEMBARCO Y DATOS GENERALES

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Al día siguiente, el barco atraca temprano en el mismo muelle de Miami donde hemos embarcado unos días antes. Los pasajeros van descendiendo por estricto orden de acuerdo con una numeración que aparecerá en su cabina. El proceso es rápido. A la salida del barco, y ya en tierra firme, encontrara un salón no muy diferente a los que existen en los aeropuertos con cintas en donde podrá recoger sus maletas. El coche estará donde lo dejo aparcado y, en cuanto las maletas estén listas, podra pasar a buscarlo, pagar el importe del parking y recoger a su familia o amistades a la entrada de la zona de salida del barco. Una experiencia bastante cómoda… 

ALGUNOS DATOS IMPORTANTES :

-LAS CABINAS: El precio del crucero que elija varia de acuerdo con la calidad de la cabina. Todas las cabinas tienen un baño privado completo con ducha, TV, aire acondicionado, un mini frigorífico y dos camas pequeñas que se convierten en una cama matrimonial de acuerdo con lo que el pasajero desee. Las más económicas son las interiores, sin vista al mar. Las que tienen ventana (que suele ser una especie de claraboya) son un poco más caras pero no piense que van a ofrecerle una bonita vista del mar porque la ventana es, generalmente, pequeña. Más grandes y mucho más agradables son las cabinas con “veranda” (balcón) donde generalmente hay al menos un par de sillas de extensión. Las suites incluyen un salón privado, amplias terrazas, baño con bañera y todo tipo de “amenidades”, incluyendo frutas frescas y canapés siempre listos cuando regresa a su habitación, además de los servicios de un mayordomo privado. La más historiadas, que suelen llamarse “suites presidenciales” pueden incluir varias habitaciones y constituyen casi una residencia privada. Todas las cabinas reciben un servicio estupendo, se limpian y arreglan varias veces al día y se preparan en la noche para dormir. Hay un asistente para cada cierto numero de cabinas que siempre esta cerca a quien puede pedir cualquier cosa que le apetezca (siempre y cuando se algo razonable). Si prefiere comer, cenar o desayunar en su habitación y en privado, puede escoger de un menú que encontrara en el escritorio y pedir lo que le apetezca para que se lo envíen a la habitación. Cual cabina es mejor? Depende… Si no piensa ir a la cabina más que para dormir, probablemente se arreglara muy bien en una de las interiores. Si le apetece algo un poco mas amplio, o tener su propia terraza para desayunar por las mañanas, las habitaciones con veranda (o una suite, si alcanza el presupuesto) son ideales. El costo de la cabina también varía de acuerdo con su posición en el barco. Generalmente, el precio va aumentando con la altura a que esta la cabina. Las más económicas son las que están en los pisos inferiores pero, en otras aspectos, no se diferencian de las que están en un piso superior. 
-LOS PRECIOS: El precio del crucero incluye TODO, como ya comente antes, MENOS, las bebidas alcohólicas y los tasas del puerto. Las tasas del puerto no suelen ser excesivas, pero son más caras de lo que se imagina y es buena idea averiguar su precio antes de comprar su billete. Generalmente, las compañías navieras ofrecen gangas estupendas y, con frecuencia, le mudan de un nivel a otro sin pagar nada extra si es que “sobra espacio” en el barco o si es Ud. un viajero frecuente. Si le gusta beber vino con las comidas, es una buena idea comprar un “paquete de vinos” que le permite escoger entre varias alternativas vinícolas para cada comida o cena a precios mas económicas que lo que costaría comprar el vino por separado. Algunos cruceros de lujo ofrecen las bebidas alcohólicas y el vino incluidos en el precio. 
-LAS PROPINAS: La propinas son un costo adicional que tiene que calcular a la hora de sacar presupuesto. Los empleados de los barcos reciben un salario mínimo por parte de la compañía naviera y dependen económicamente de las propinas que reciben al final del viaje. El personal de servicio esta muy bien entrenado y, generalmente, merece una gratificación amplia. El último día del crucero recibirá unos sobres en su cabina para que coloque sus propinas y sugerencias de cuanto debe de dar a cada una de las personas que le han servido. Por supuesto, puede añadir lo que desee si ha recibido algún servicio especial o quiere darle algo “extra” a su camarero o a la persona que le mantuvo su cabina siempre limpia y arreglada. Generalmente, el total de propinas oscila, entre una cosa y la otra, en unos $50 por pasajero. 
-EL IDIOMA: La compañía Royal Caribbean es estadounidense y el idioma del barco es el ingles (como también lo es en la mayoría de las compañías de los cruceros, sea cual sea su procedencia original). Ahora, dicho esto, es importante aclarar que las compañías navieras tienen muy claro que reciben viajeros de todas parte del mundo y, dado el ambiente internacional de la empleomanía, se esmeraran en buscarle personas que le puedan servir en su idioma, ya en las oficinas de información, en los restaurantes o en otras partes del barco. El español es muy corriente tanto entre los oficiales del barco y el personal de servicio como entre los pasajeros en si y no tendrá ningún problema en hacerse entender si es que no habla ingles muy bien (o no lo habla en absoluto). Añado que muchas de las comunicaciones “oficiales” del barco (como el periódico de actividades que ser recibe diariamente) generalmente puede pedirse en español. 


Bueno, aquí acaba la historia de este crucero donde pasamos, realmente unos días muy agradables. Ha habido otros, naturalmente, pero este es un buen ejemplo de lo que se puede hacer y lo que se puede esperar en la mayoría de los casos. Atrévase a dar un paseo por el mar y vera, como yo, que termina conociendo a gente muy agradable, adquiriendo una idea, aunque sea ligera, de como son puertos exóticos que quizás nunca pensó pisar y pasándoselo mucho mejor de lo que se imagina. Bon voyage y good luck!

JP

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