miércoles, 14 de noviembre de 2012

El viaje a Moscú y San Petersburgo de Calíope VyV

- País: Rusia
- Ciudades: Moscú y San Petersburgo
- Fecha y duración del viaje: Julio de 2005, 8 días.
- Documentación necesaria: Visado
- Idioma: Ruso
- Moneda: Rublo
- Vacunas: No se requieren vacunas
- Electricidad y enchufes: 230 V-50 Hz. Enchufes C y F
- Diferencia horaria: Para consultar la diferencia horaria con tu país de origen consulte http://www.diferenciahoraria.info/

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En Julio de 2005, de entre varias opciones, decidimos visitar Moscú y San Petersburgo en un viaje de ocho días, cuatro en cada ciudad. 
Esta vez lo hicimos a través de una agencia, por el precio que ofrecían: vuelos Málaga-Moscú, San Petersburgo-Málaga, ocho noches de hotel, trayecto Moscú-San Petersburgo en tren (primera clase), dos visitas panorámicas en cada una de las ciuades y traslados del aeropuerto a los hoteles, salía por 750 € por barba, esas gangas no se pueden desaprovechar.
El vuelo duró 5 horas, con el retraso con el que salimos y el cambio horario, llegamos a las 3:00 de la madrugada al hotel (la salida fue a las 17:40). 

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El hotel….a nosotros cuando viajamos nos gusta ir a hoteles céntricos para podernos mover sin perder mucho el tiempo, pero eso en las grandes ciudades rusas es imposible. Hay pocos hoteles céntricos, la mayoría son de tamaño mastodóntico, situados a las afueras y de la época de las olimpiadas. Las opciones que nos daban en la agencia eran 3 o 4 estrellas y a pesar de que nos aconsejaron los de cuatro, pillamos los de tres estrellas porque estaban algo menos lejos de las zonas que queríamos visitar y mejor situados (cerca de estaciones de metro). El nuestro era el Izmailovo Beta, un enorme complejo hotelero formado por varios edificios de tamaño descomunal, impersonal y sin reformas desde su año de construcción. Las habitaciones son sencillas, limpias y el desayuno buffet es correcto y tiene al lado un mercadillo. Lo mejor del hotel es que está a 100 metros de la estación de metro Partizanskaya. Del metro hablaremos más adelante, pero creemos que es el que mejor funciona del mundo, con lo que con unos transbordos rapidísimos estás en poco tiempo en tu lugar de destino.
Parque Izmailovo desde la habitación del hotel. Un buen sitio para hacer compras.

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Moscú es una ciudad con miles de posibilidades, pero con cuatro días por delante tienes que hacer una selección. Lo primero que hicimos fue la visita panorámica con una guía que creo recordar se llamaba Natasha. Fuimos a la Plaza Roja, exteriores del Kremlin, Colina del Gorrión, ese donde hay una muy buena panorámica de la ciudad, alguna tienda de recuerdos entró en el recorrido (y nos invitaban a vodka en todas!!), el Convento Novodevichi (Patrimonio de la Humanidad) y también fuimos a cambiar euros por rublos, que todavía no teníamos; la primera impresión de Moscú es muy buena. Ah pasamos por delante de la Catedral del Cristo Salvador, un imponente edificio el XIX que se construyó en honor a la victoria rusa sobre Napoleón. El 1931 fue dinamitada para construir una piscina y reconstruida a partir de 1994.

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Panorámica del Convento Novodevichi

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Vistas desde la Colina del Gorrión

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Cambio de moneda

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También dimos un paseo por uno de los puentes sobre el río Moskova, desde donde se veía una buena panorámica del Kremlin, de la Catedral y de la escultura de Pero I el Grande. No sé si es verdad lo que se cuenta de esta, pero parece que esta gigantesca escultura la realizó Zurab Tsereteli, con motivo del quinto centenario del "descubrimiento de América" y representaba a Cristóbal Colón con las carabelas, pero parece que el escultor no encontró comprador (ni siquiera en España para la Expo 92) y le cambió la cabeza por la de Pedro I el Grande y se quedó en Moscú para conmemorar los 300 años de la Armada Rusa comenzada por Pedro I

Vistas desde el puente

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Pedro I ha salido desproporcionadillo

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La hoz y el martillo
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La guía nos preguntó si teníamos intención de entrar al Kremlin, obviamente le dijimos que sí, y nos dijo que si no era con guía no se podía entrar ¿ein? nos pareció un poco raro y decidimos investigar si esto era cierto o no; evidentemente era un rollo de la señora para que le pagáramos a ella la visita guiada, que no dudo que estuviese muy bien... pero señora, no está bien intentar engañar al personal. La otra pareja que hizo con nosotros la excursión panorámica si pagó los servicios de la guía y nos lo estuvimos encontrando por allí dentro todo el rato. Conste que me quedé con las ganas de irme para la Natasha y decirle que nos había intentado tangar, pero al tenernos que llevar la misma señora desde nuestro hotel a la estación de tren cuatro días más tarde no nos atrevimos :)
Nos dirigimos a la puerta principal del Kremlin y compramos las entradas por menos de la mitad de lo que nos había pedido la guía. El Kremlin ha sido ciudadela de los zares, cuartel general de la Unión Soviética y actualmente residencia oficial del presidente ruso y sede el gobierno. Es un recinto fortificado rodeado por una muralla de 2 kms y 20 torres, que se pueden recorrer a través de un paseo paralelo al río Moscova. Es un ciudad dentro de Moscú ubicada en una colina de 40 metros de altura. Fue construida en 1156 en madera y ardió 82 años más tarde; fue reconstruida en piedra blanca en 1368 y fue nuevamente destruida por los tártaros. El Kremlin que contemplamos hoy es obra de arquitectos italianos, contratados por Iván III. Pedro I trasladó la sede del gobierno a San Petersburgo y tras la revolución el gobierno ruso se instaló en el Kremlin. En su interior hay edificios religiosos: Catedral de la Asunción, Catedral del Arcángel Miguel, Catedral de la Anunciación, Iglesia de los Doce Apóstoles, Campanario de Iván el Grande y la Iglesia del Manto de la Virgen. También hay edificios administrativos: Palacio del Senado, Arsenal y Armería, Gran Palacio, Palacio Facetao, Palacio Terems, Palacio e Poteshny y Palacio Estatal. Se accede por la Torre Spasskaya o Torre de San Salvador. 

Muralla del Kremlin

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Catedral de la Anunciación

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Catedral de la Anunciación

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Campanario de Iván el Grande

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Gran Palacio

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Campana de la zarina, la mayor el mundo, evidentemente nunca sonó

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Después nos fuimos a disfrutar de la Plaza Roja con tranquilidad, uffff, qué maravilla ¿Quién no ha soñado alguna vez pasear por dicha plaza? Es enorme y hace honor a su nombre porque predomina el color rojo intenso. En un lateral tiene la muralla del Kremlin, enfrente el grandioso edificio de los almacenes GUM, antiguas tiendas estatales, hoy convertidos en galería comercial de lujo ironías de la vida. En los dos laterales más estrechos la Basílica de San Basilio, increíbles los colores, los materiales… todo, su silueta… sensaciones indescriptibles. Enfrente, cerrando la plaza, el estupendo edificio rojo intenso del Museo de Historia; es la tercera plaza más grande del mundo.
A fines del siglo XV Iván III ordenó derribar las casas que había delante del Kremlin para trazar la famosa plaza. Ha sido desde antiguo escenario de festejos, procesiones y desfiles militares.

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Catedral de San Basilio

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Almacenes GUM

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Museo de Historia de la Ciudad

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También se pueden admirar en la plaza la Catedral de Kazán, la puerta de la Resurrección y por supuesto el Mausoleo de Lenin (uno de los pocos sitios en los que no cuesta nada entrar). Hay que guardar una larga cola para entrar a ver a Lenin momificado; una vez que llegas al final de la cola te informan de que no puedes llevar mochilas y te señalan un sitio que hay enfrente donde te cobran por guardarte los bolsos, y lo peor no es eso, es que tienes que volver a ponerte en cola!!! Así que avisados quedan de que se deshagan de los bolsos antes de hacer la cola (que por cierto se encuentra en el lado de la plaza opuesto a la Catedral de San Basilio).
Una vez dentro, hay que estar en silencio, varios guardias muy serios te lo recuerdan a cada rato. Se da un paseo alrededor de la cámara donde está expuesto (hace mucho frío), y no te puedes detener. Una vez fuera por detrás del Mausoleo visitas tumbas de rusos ilustres como Yuri Gagarin y de otros menos ilustres como Stalin.
Mausoleo de Lenin, construido en granito rojo en 1924

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Tumba del soldado deconocido

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Puerta de la Resurrección, une la Plaza Roja y la Plaza de la Manege; fue demolida en 1931 para que pudiesen pasar los vehículos militares para los desfiles en la plaza y reconstruida entre 1994 y 1996.

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Catedral de Nuestra Señora de Kazán; la original ataba de 1636 y fue demolida en 1936 para hacer una piscina. La actual se reconstruyó entre 1990 y 1993 igual que la original.

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Un consejo, no hagáis fotos con trípode, al menos en la Plaza Roja, yo las hice y un guardia muy serio hablando ruso a un volumen considerado y con un tono malhumorado me dijo (creo) que no se podían hacer fotos con trípode y además le tuve que enseñar las que tenía ya hechas. No sé si me invitó a borrarlas, pero yo me hice la despistada y ahí quedó todo. La policía te riñe por todo, estaba haciendo un foto, y por echarme hacia delante y darle con la rodilla a una cadena que delimitaba un césped, ya me estaba pitando y recriminando uno de esos polis con esa gorra de plato tan característica, parece que te van a arrear una bofetada.
Fuimos a un parque enorme, que no me acuerdo cómo se llama, grandísimo, como todo en Moscú.

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Enfrente del parque se ven estos bloques de vivienda tan típicos de países comunistas.

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De la Plaza Roja nos fuimos a la zona de Picadero, con una inmensa fuente donde se estaban bañando los niños moscovitas, y que a cada tramo tiene esculturas que representan personajes de cuentos populares rusos, muy bonita y rodeada de bares donde degustar una gran cerveza fría para descansar y aliviar algo el calor. Callejeando llegamos a la Plaza Lubyanka donde sobresale el antiguo cuartel de la KGB. En 1918 la Checa se instaló en este edificio y ya más tarde fue sede igualmente de la KGB. Por los alrededores se ven barrios de las clases altas moscovitas con tiendas de las grandes firmas de moda y complementos.

Picadero

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Al siguiente día visitamos el Barrio y la calle Arbat (término mongol que significa arrabal), ubicada en el centro de Moscú, una de las más famosas y frecuentada; es peatonal y se observan mansiones de comienzos del XIX, hay tiendas de antigüedades, muchos restaurantes y cafés, una calle de ambiente bohemio. Comimos en una cadena de comida rusa llamadas Mu-Mu, que tienen una vaca de cartón piedra en el exterior. Es autoservicio, está bien de precio y sobre todo puedes elegir a dedo lo que quieres; en Moscú el inglés brilla por su ausencia y en los resturantes todo está en cirílico, así que no sabes lo que estás pidiendo y la gente tampoco habla otra cosa que no sea ruso, así que se pone difícil pedir de comer y optamos por sitios en los que la comida estaba a la vista y así no equivocarnos mucho. 

Calle Arbat

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Barrio Arbat con el Ministerio de Asuntos Exteriores al fondo.

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Iconos comunistas junto a iconos del capitalismo (si Lenin levantara la cabeza...)

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Casa Melnikov

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Después de reponer fuerzas nos dirigimos al mundo subterráneo, al mundialmente conocido metro moscovita.
El METRO (hay que ponerlo con mayúsculas debido a su espectacularidad) tiene una densa red que abarca desde el centro hasta casi toda la periferia. Es muy barato, ya que está subvencionado por el gobierno. Es amplio, bien organizado, limpísimo (no es posible ver nada en el suelo), no tiene publicidad (salvo en las escaleras, y desde hace poco). Los trenes pasan cada minuto y están impolutos y muy cuidados. Se empezó a construir en 1931. Su decoración fue encargada a los mejores artistas de la entonces Unión Soviética. Durante la II Guerra Mundial sirvió de refugio a la población. Hay muchísimas estaciones que son auténticos palacios, con grandes lámparas de araña, vidrieras, y usos de materiales como acero, realmente el mejor metro del mundo. Se visita cómodamente y es imprescindible dedicarle una tarde entera; una auténtica joya subterránea.

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Escaleras del metro, son larguísimas, te puedes leer un capítulo de un libro en un tramo!

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Estación Komsomolskaya

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Estación Kievskaya, 1953

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Estación Novoslobodskaya

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Estación Mayakovkskaya

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Estación Smolenskaya

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Al otro día callejeamos por la calle Tverskaya, una de las arterias principales de Moscú, Teatro Bolshoi, Iglesia San Salvador y visitamos el Museo Pushkin, que no está mal, pero para mi gusto abusa de las reproducciones en algunas épocas. Por la tarde teníamos una obra de ballet en el Bolshoi, que está en obras. Tardamos en encontrar la  entrada, que no era la principal, sino una habilitada mientras durara la obra, y llegamos tarde y ya estaba cerrada la puerta, para matarnos!!

Ayuntamiento en la Calle Tverskaya

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Museo Pushkin

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Plaza de Revolyutsii con la escultura de Carlos Marx

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Iglesia de la Resurección de Kadashi, barroco moscovita, preciosa.

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El último día lo dedicamos a pasear por Zamoskvoreche, al otro lado del río Moscova y desde el malecón del río se ven unas vistas magníficas del Kremlin y de la Plaza Roja, Plaza de la Manege, contigua a la Plaza Roja.

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Plaza Roja desde la Plaza de la Manege

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Plaza Roja desde Zamoskvoreche

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El Malecón

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Por la noche llegaba la aventura del tren hasta San Petersburgo….
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Natasha nos recogió en el hotel y nos llevó a la estación de tren y nos dejó ubicaditos en el andén correspondiente. El paquete contratado en la agencia ofrecía el viaje en cabinas de cuatro personas. Lo que nos habíamos ahorrado escogiendo hoteles de tres estrellas nos lo gastamos en ir en primera en el tren y en una cabina de dos, aunque no sabíamos muy bien con qué nos íbamos a encontrar. Cuando llegó el tren, ohhhh magnífico, se veía antiguo pero tan bien cuidado que parecía nuevo. La sorpresa nos la llevamos cuando accedimos al interior, un tren de película, con sus cortinas, de madera acabados metálicos, una maravilla, y cuando llegamos a nuestro coche y abrimos… nos encontramos con una habitación de época, con su juego de té, sus cortinas, todo de superlujo de época… una maravilla, no sé como será el Transiberiano, pero el nuestro debió de ser algo parecido. La cena estaba en unas cajas (en plan picnic, muy bien, sólo el detalle de que el zumo estaba caducado, pero vamos, nos lo tomamos y no nos pasó nada). El servicio común pero bastante limpio y digno. Estuvimos toda la noche viajando, y ha sido una de las experiencias más gratas del viaje, una experiencia inolvidable. Para aquellos que quieran aprovechar más el tiempo indicar que si el viaje se hace de día dura dos horas menos. No obstante recomendamos el viaje nocturno.

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A la llegada nos dicen que nos cambian de hotel, que nos llevan a uno mejor; nos cabreamos mucho cuando vimos que el que habíamos escogido en principio estaba mucho más céntrico y bien comunicado que el Okhtinskaya Victoria que es donde nos alojaron. ¿Para qué queremos uno mejor si para desplazarnos teníamos que coger un bus, un tranvía, andar un rato y después el metro o gastarnos una pasta en taxis? Como protestar en Rusia es bien difícil nos aguantamos, pusimos la reclamación al llegar a España. El hotel grande, enorme, impersonal y nada del otro mundo, como todos los hoteles rusos. Durante la visita panorámica, incluida en el viaje, ya pudimos ver lo alucinante que es la ciudad nos fuimos a dar un paseo en barco por los canales de la ciudad (al igual que Venecia y Ámsterdam tiene muchísimos). Echamos el resto del día paseando por  Nevski Prospekt, arteria principal de la ciudad y alrededores. Muchos edificios, palacios, teatros y todos combinados de forma magistral, la arquitectura es increíble, se nota que fue construida para resplandecer.
Lo primero que vimos en la visita panorámica fueron las dos enormes esfinges  situadas enfrente de la Academia de Bellas Artes, a orillas del Neva.

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San Petersburgo (antes Petrogrado 1914-1924 y Leningrado 1924-1991) fue fundada por Pedro I el Grande en 1703 para convertirla en la ventana rusa al mundo occidental. Se convirtió en la capital del imperio ruso durante más de 200 años hasta que tras la Revolución Rusa la capital vuelve a Moscú. La ciudad es espectacular, pero no debemos olvidar el altísimo coste humano que tuvo, pues trabajar en las durísimas condiciones climáticas de la zona y el sobreesfuerzo que supuso construir una ciudad en un terreno no precisamente apto ni idóneo por ser zona pantanosa, hizo que murieran gran cantidad de obreros, a los que hicieron llegar desde todas partes. San Petersburgo fue planeada, diseñada y decorada por arquitectos e ingenieros italianos, franceses, holandeses, etc. Es increible que una ciudad de trescientos y poco años de historia albergue tanto arte, museos, palacios, parques, monumentos, iglesias, puentes...todo minuciosamente estudiado. 
Tras recorrer Nevski Prospekt, la principal avenida de la ciudad, cuatro kilómetros de palacios, iglesias y puentes, llegamos al canal Grivodoev con la Iglesia de la Sangre Derramada al fondo, fotos y más fotos de esta famosa vista.

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Nos fuimos a ver la iglesia de cerca. También se le conoce como iglesia de la Resurrección de Nuestro Salvador y se levantó en el lugar donde fue asesinado el zar Alejandro III. El color y la variedad de materiales con que se ha decorado son sus señas de identidad.

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Después fuimos a la Plaza de San Isaac, donde destaca la Catedral, una de las más grandes del mundo. Para su construcción hicieron falta incrustar miles de pilotes en la marisma. En la época soviética se convierte en museo y hoy en ía sigue teniendo ese uso.

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Enfrente la estatua ecuestre de Nicolás I

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Llegamos a la Plaza de los Decembristas; el 14 de diciembre de 1825 durante la investidura de Nicolás I, los oficiales liberales de la guardia dieron un golpe de estado que no prosperó, y que acabó con la muerte y deportación a Siberia de los que participaron en él. Fué una primera revolución rusa. En esta plaza estaca el "Jinete de Bronce", una estatua ecuestre de Pedro I cuyo pedestal de granito fue extraído del Golfo de Finlandia. El caballo está aplastando a un serpiente que simboliza la traición, para avisar al personal lo que pasaba en caso de subversión. También destaca el edificio del Almirantazgo (he cogido estas dos fotos prestadas de la red porque no encuentro las mías).

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Por la tarde hicimos un crucerito por el Neva, no recuerdo con qué empresa, pero después vimos que otras ofrecían recorridos más interesantes.

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Tras la cena nos fuimos al hotel, San Petersburgo es enorme y acabas muerto de los lotes de andar.
Al día siguiente tocaba visita al Ermitage, uno de los grandes museos mundiales. Sus fondos ocupan un  buen conjunto de edificios, siendo el más famoso el Palacio de Invierno, un magnífico ejemplo de barroco ruso, obra de Bartolomeo Rastrelli. De todos los grandes museos que he visitado, éste me parece el más inabarcable, ya no solo para el turista, sino que creo que hace falta más de una vida para ver lo que allí hay. Este museo merece la pena tanto por el contenido como por el continente, eso sí, acabas reventado y con dolor de espalda, pies….El almuerzo lo hicimos dentro del museo, tiene un bar que está muy bien donde te puedes tomar un sándwich para seguir la visita. También tienen un punto de Internet donde te puedes conectar. Llegamos temprano pero ya había cola, aunque cuando abrió la taquilla la cosa fue rapidita. Estuvimos allí dentro hasta que nos echaron. 
Mientras esperábamos en la cola nos dedicamos a ver la Plaza del Palacio, imaginando los desfiles militares de la época zarista, imaginando el Domingo Sangriento que fue allí mismo e imaginando, cómo no, la toma del Palacio; a las 9:45 de la noche del 6 de noviembre de 1917, Lenin ordenó el asalto del Palacio de Invierno en Petrogrado. La Revolución rusa fue uno de los más importantes acontecimientos de la historia y allí, donde hacíamos cola para entrar al museo, los indignados de la época protagonizaron este capítulo de la historia; en ese escenario no es difícil poner a la imaginación a funcionar.

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La plaza fue proyectada por Carlo Rossi

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Flanco izquierdo de la plaza; al fondo la aguja dorada del Almirantazgo.

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Interior del palacio, pura ostentación.

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La nota de arte español la ponen Velázquez, Murillos y Picassos.

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Por la tarde nos fuimos a la llamada Nueva Holanda, una isla triangular que la usaron para almacenar la madera de los barcos. La isla es inaccesible, pero los alrededores son preciosos, nos encantó esa zona. Se nos olvidó la cámara y lo lamenté una barbaridad.
El tercer día lo dedicamos a la Fortaleza de Pedro y Pablo y a Vasilevski por la mañana  La construcción de esta fortaleza marca la fundación de la ciudad. 
Bastión Naryshkin, desde donde se dispara el cañonazo de mediodía
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De camino a la Fortaleza

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Puente de la Trinidad

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Mezquita en Prospect Kamennoóstrovski, inspirada en el Mausoleo de Tamerlán de Samarcanda.

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Justo antes de la fortaleza está el Museo de la Artillería, muy interesante.

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La playa de San Petersburgo

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Al salir de la fortaleza dimos un paseo por la punta oriental de la isla Vasilievski que tiene vistas estupendas de la fortaleza. Destacan dos columnas rostrales conmemorativas de victorias navales.

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El último día simplemente paseamos por San Petersburgo es una ciudad que se disfruta andando sus calles, tanto edificio bien conjugado con el entorno y con el resto de la arquitectura llega a ser abrumador. Una ciudad increíble.
La vuelta la hicimos con un vuelo directo San Petersburgo-Málaga.

Consejos:
Idioma: al contrario de lo que pensábamos muy poca gente habla inglés en Rusia, de igual modo se nota que ha sido un país cerrado hasta hace relativamente poco al turismo y eso se nota en por ejemplo las cartas de los restaurantes que solo están en ruso, que tiene la dificultad añadida del alfabeto cirílico muy distinto al nuestro. Todo eso hace que sea algo complicado el comunicarte a la hora de pedir de comer o de coger transporte público (los taxistas fueron las únicas personas que sabían el inglés básico para comunicarse mediante unas palabras). Aprendan un vocabulario básico ruso para poder comunicarse de alguna manera.
Rublos: un truco que aprendimos para hacer la conversión de rublos a euros es que un rublo equivale a un antiguo duro (cinco pesetas) es un truco útil para los que seguimos pensando en pesetas (20 rublos=20 duros=100 pesetas); la conversión a euros es una cuenta más liosa. 
La policía: te riñen por cualquier cosa, mejor no saltarse las señalizaciones que delimitan algunos espacios, porque antes de poner el pie en dicho sitio te estarán echando una sonora bronca en ruso de la que no entenderás nada. No hagáis fotos en la Plaza Roja con trípode.
El clima: pensaba que pasaríamos frío, pero nada más lejos de la realidad, en julio hace calor, solo por las noches echas mano de algo ligero. La lluvia aparece cuando menos te lo esperas y de forma torrencial, pero solo son tormentas pasajeras. La gran ventaja de viajas a la ex URSS en el mes de julio es que anochece a las once de la noche (noches blancas), y aprovechas mucho el día y bueno, la luz para fotos es magnífica. Igualmente amanece muy temprano.
Puentes: algunos puentes permanecen unas horas levantados durante la noche. Hay indicaciones de cuales son y a que horario tienen. Otra cosa de esta ciudad, si usáis la guía del País Aguilar recomiendan un recorrido en barco que para nada es el mejor ni el más barato. A pesar de que en nuestros viajes normalmente usamos estas guías en el caso de Moscú y San Petersburgo tienen una información bastante anticuada en algunos casos y nada contrastada. Les escribimos dándole datos que estaban mal y ni siquiera nos han contestado, Nuestro consejo es que compren otra guía.
Entrada y salida del país: los controles de entrada y salida en los aeropuertos son bastante severos pero nada del otro mundo. Es más el respeto que impone ver a esos señores con esos uniformes mirar tantas veces tu cara y la foto del pasaporte. A la salida nos cachearon, pero nada más. Está prohibido sacar rublos (monedas o billetes) y el vodka y el caviar tienen un límite.
Visado
La agencia de viaje se encargó de todo, les dimos nuestros pasaportes y nos lo devolvieron con el visado.
Impresiones
Un viaje totalmente recomendable, se observan mucho contraste social, gente que se ha enriquecido a la luz de la apertura del país y que llevan un ritmo de vida altísimo, y gente muy pobre (aunque lo peor está en las zonas rurales). Ves coches últimos modelos Mercedes de los que valen muchos millones junto a los Lada de la anterior época. Aparte de esto tanto Moscú como San Petersburgo son ciudades preciosas, muy seguras y que realmente merece la pena visitar. La leyenda de país cerrado durante tantos años es un atractivo añadido. 

MATRIOSKAS

Calíope VyV

7 comentarios:

  1. Es un diario estupendo y me ha hecho recordar mi viaje.

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  2. Me ha encantado leer el post!! Qué pasada las estaciones de metro, ya podríamos aprender por aquí que casi dan miedo... Y no he entendido por qué no permitían hacer fotos con trípode en la plaza Roja, qué tienen de malo? A Natasha se le quedaría una cara cuando os vio en el Kremlin sin ella... :)

    Un abrazo!!!

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  3. Gran relato!!! y si Landaluce lo corrobora es que hace fielmente además honor a la verdad ;)Hija, me encanta como escribes

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  4. Gran relato!!! y si Landaluce lo corrobora es que hace fielmente además honor a la verdad ;)Hija, me encanta como escribes

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  5. Gracias a todos en mi nombre y en el de Viajar a mi Aire!

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