miércoles, 6 de marzo de 2013

El viaje a NYC de Mariustus

Ciudades: Nueva York y Cataratas del Niagara 
Fechas del viaje: del 21 de agosto al 1 de septiembre de 2009. 
Documentación para acceder al país: pasaporte y ESTA (es el visado para entrar en USA. Actualmente es de pago y tiene una validez de 2 años. Se puede obtener en: https://esta.cbp.dhs.gov/esta/) 
Moneda oficial: Dollar ($). 
Idioma: Inglés
Para comprobar el cambio consultar: http://www.xe.com/. 
Diferencias horarias: http://www.diferenciahoraria.info/ 
Corriente eléctrica: funciona a 110-120 voltios a 60 Hz. 
Enchufes con dos pernos (clavijas) planas. 

El Relato

En este diario intento explicar mi experiencia turística por NY y Niagara. No me extenderé en decir lo maravillosa que es la ciudad. También intentaré ahorrarme detalles que puedan arruinar sorpresas al viajero y quitarle encanto a su viaje. 

Hotel

Hilton inn 63 West en 35 street. 
Contratado por www.hotels.com. Precio: 1.609 euros en habitación para 3 personas, 11 noches, tasas incluidas y solo alojamiento. Hotel genial con 4 ordenadores con conexión a internet e impresora para todos los huéspedes. Cada día reponen los productos de higiene personal y cambian las toallas. El hotel se abrió hace 6 meses con lo cual todo está en muy buen estado. Muy cerca de las líneas de metro más importantes. Servicio de café en el vestíbulo para todos los huéspedes sin recargo. A 3 minutos del Empire State, 10 minutos del Madison Square Garden y 12 minutos del Times Square. Las habitaciones disponen de TV de plasma, nevera, aire acondicionado, microondas, cafetera y tetera (incluyen el café, el te y el azúcar) A nosotros nos tocó una habitación con unas vistas impresionantes del Empire State Building. 

Vuelo

British Airways. Hicimos escala en Londres. Lo contratamos con Rumbo.es No tuvimos problemas. Nada a destacar. 

Seguro médico

Al contratar los vuelos con Rumbo también contratamos un seguro médico y de viaje con la agencia "Intermundial" por tan solo 15 euros más. 

Metrocard

Viajes ilimitados para 7 días. Nos costó 27$ cada metrocard y la aprovechamos a más no poder. Los autobuses pasan con mucha frecuencia y son muy fáciles de utilizar. Durante el día nunca tuvimos que esperar más de 5 minutos al autobús. Nos fue muy bien porque en alguna ocasión nos olvidamos algo en el hotel y tuvimos que volver. Otras veces estábamos cansados y en lugar de caminar 5 manzanas tomábamos el bus que justo en ese momento pasaba por allí. En otros momentos se ponía a llover y no apetecía tanto caminar. Además también incluye el metro con lo cual todas las necesidades de desplazamiento en la ciudad están cubiertas. 

NYPass

Fue todo un acierto comprarla. La compramos por internet. Pagamos 160$ (incluye los gastos de envío al domicilio). Nos saltábamos algunas colas y hasta nos tomamos unas tarrinas de helado gratis. Una advertencia sobre la NYPass. En algunas atracciones solo permitía acceder una única vez aunque fuera en días diferentes. Lo pude comprobar en el Top of the Rock. Quise volver a subir al día siguiente y no me dejaron. En cambio en el Museo de las Ciencias Naturales me sacaron por error mío dos entradas el mismo día. 

El Fantasma de la Ópera

Es una de las mejores experiencias que he vivido en NY. Fue increible y eso que no me enteré de nada de los diálogos. Compré las entradas en www.newyork60.com. Precio: 3 entradas (3a fila en el centro 309$) 

Cataratas del Niagara 

Hice la excursión por mi cuenta en un solo día. Compré los billetes en Jetblue (3 billetes i/v a Buffalo 477,60$). Una vez allí tomamos el bus 210. Tarda unos 55 minutos (4$ i/v por billete). Entramos a Maid of the Mist (13,50$) y al Cavern of the Wind (11$) 

Agárrate que el viaje empieza ahora... 

21 de agosto de 2009 

A las 16:30 horas tomamos el vuelo que nos llevaría de BCN a Londres para una vez allí tomar el vuelo a NY. Para hacer escala disponíamos de 1 hora y media. No sabíamos si tendríamos suficiente tiempo. Al final tuvimos tiempo de sobras. Nosotros volamos con British Airways, menos de BCN a Londres que lo hicimos con Iberia. Os recomiendo a los que voláis con British que hagáis el check-in por internet porque el viaje de Londres a NY es largo y como te toque según que persona al lado el viaje puede ser horrible. Si hacéis el check-in por internet y tenéis dudas o miedo de que las maletas las manden a Londres en vez de a NY directamente, en el apartado de facturación de las maletas elegid la opción "no estoy seguro" así podréis hacer la facturación en el aeropuerto pero os aseguráis los asientos. Una vez en el avión, al despegar, el piloto nos dio la bienvenida en español, lo cual nos sorprendió bastante. Se llamaba Juan y dijo... "soy el único de la tripulación que habla español, si necesitan cualquier cosa no duden en preguntarme". 
Pues cuando llegó la hora no dudé ni un segundo. Volveré a hablar de Juan más adelante. Durante el vuelo no dormí nada por aquello de evitar el "jet lag" y la trombosis. Es lo malo de ser novato en viajes de avión largos. Hice más ejercicios de piernas y pies durante el vuelo que en toda mi vida. Además me tragué la peli de los orígenes de Lobezno y otra de la que no me enteré de nada porque era en inglés titulada Duplicity. Esta última rodada en NY, salía la Central Terminal y un montón de sitios representativos de Manhattan. Un cosquilleo me recorría el estómago al ver las imágenes. Cuando faltaba una hora para aterrizar las azafatas nos entregan el papelito blanco y el verde. Mira que "Chucky" me había explicado mil veces como rellenarlo e incluso me había entregado copias para estar preparado, pues nada, me empiezo a poner nervioso, empiezan a surgir dudas, aquí que hay que poner? y aquí? pongo mi teléfono o el de el hotel?,... . Total que veo que viene un chico vestido de piloto hablando español con otros pasajeros, hostias! el Juan! Él nos lo explicó todo. Nos entregó más formularios porque habíamos puesto algunos tachones y según nos dijo él si tiene tachones no te admiten el formulario. Gracias Juan donde quiera que estés. Aclaraciones: - hay que rellenar un papel blanco para aquellos que son de una misma familia (comparten apellidos). Si es un matrimonio, como no tienen el mismo apellido, cada cónyuge tiene que rellenar su propio papel blanco. - el papel verde hay que rellenarlo en inglés, es decir, en lugar de España hay que poner Spain y si has embarcado en Londres hay que poner London. Importante tener a mano la dirección y nombre del hotel. También nos pidieron un teléfono, con el móvil propio es suficiente. Y por supuesto, a las preguntas responder NO. La sinceridad dejadla para mejores ocasiones. En el aeropuerto JFK el control de seguridad fue muy rápido. Apenas tardamos 20 minutos. Nos hicieron una foto y nos tomaron las huellas dactilares. No nos hicieron ninguna pregunta. Pasado el control a unos 6 metros de distancia recoges las maletas. Llevábamos dos y nos las habían abierto las dos. Menos mal que llevábamos candados TSA si no a lo mejor nos las hubieran roto. Dentro de las maletas no encontramos ninguna etiqueta que indicara que nos las habían registrado personal de la TSA pero tampoco echamos nada de menos. No sé, un poco raro todo. 
Al salir por las puertas del aeropuerto vas a dar de frente con la parada de los taxis. A nosotros nos costó 50$ ir hasta Manhattan pero le di 1$ de propina al taxista porque según él le había dicho una calle que no era. Si no entiende el Spaninglish no es mi problema. Aún así quise compensarle por la molestia. Había que empezar las vacaciones de buen rollo. Llegamos al hotel sobre la 1 de la madrugada. Nos informan que nuestra habitación no está disponible así que nos dan otra y nos recompensan con un desayuno gratis y una habitación con vistas (la que habíamos pagado no tenía vistas y en el precio se notaba). Uufff y que vistas... el mismísimo Empire State Building ahí plantado delante de nuestra ventana. 
 Mis acompañantes se durmieron y dieron por acabado el día. A mí todavía me quedaban casi 2 horas, no exagero, 2 horas! para cortarme una hemorragia nasal. Llegó un punto en el que incluso me tambaleaba y ya no sabía si era por el sueño o porque me estaba desangrando, uuufff! que noche. Además tuvimos que dormir los 3 en una misma cama. Nos dio igual, hubiéramos dormido igual de bien en una cama de clavos. Estábamos cansadísimos.

22 de agosto de 2009 

Para éste día habíamos quedado con Gerardo para la excursión de contrastes a las 8 de la mañana en un hotel. 
Si queréis información de sus excursiones o queréis concertarla escribidle a: gerardogiraldos@hotmail.com. Gerardo es un tipo con muy buena verborrea que con sus chistes y bromas hace la excursión muy amena y divertida pero creo que le falta reciclarse y adquirir más conocimientos de tipo histórico y cultural. Aún así, es una actividad que recomiendo pues permite ver de forma rápida los lugares más representativos de Queens, el Bronx, Harlem y el barrio judío. Lo más interesante fue sin duda el barrio judío. Os recomiendo que hagáis la excursión en sábado por la mañana, así veréis a esta comunidad celebrar el sabbath (día de descanso). 

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También encontré muy interesante el arte del graffiti. En la cultura del Bronx el graffiti és una forma de expresión artística. Los graffitis, llenos de simbología, reflejan la sociedad actual según la visión de uno de los suburbios de la maravillosa NY. Sin duda, el graffiti cumple al 100% el dicho "una imagen vale más que mil palabras". La siguiente imagen muestra un graffiti que representa una escena real. Un chico fue asesinado por la policia en el mismo lugar donde se dibujó el graffiti. Fijaros en el retrato del chico a la derecha de la imagen. En la parte izquierda inferior los policias estan representados con capuchas del Ku Klux Klan. En el centro la Estatua de la Libertad tiene cara de calavera. 

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En esta otra imagen se representa a un niño que fue asesinado por varias balas perdidas en un tiroteo entre una banda y la policía. Las balas atravesaron las ventanas de la habitación de Jonathan y le arrebataron la vida. En la ventana superior izquierda de la fotografía todavía se aprecían los agujeros que dejaron las balas. 

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La excursión acabó a las 13:00 horas en Chinatown, concretamente en Canal St. 
Después de dar un paseo por el barrio chino entre empujones y ofertas de venta de productos de imitación de todo tipo cada 5 metros fuimos por Mulberry St., la única calle que queda de Little Italy. 
Comimos en un Sbarro's; 7,45$ la libra de comida (1 libra = 0,45 Kg) o dicho de otra manera, una porción de pizza y 4 pedazos de fruta, bebida a parte. 

A continuación, nuestros pasos nos llevarían por Broadway hacia el hotel que se encuentra en la calle 35, es decir, en Midtown. Aprovecharíamos para visitar todo lo que nos encontrásemos en el camino, empezando por la tienda Prada (575 Broadway) pues queríamos ver el diseño de los vestidores que al cerrar las puertas se empañan. 
Psss! el efecto resultó muy decepcionante aunque la tienda está muy bien diseñada. Muy poquito antes de llegar a la tienda Prada había una tienda de ropa Abercrombie & Fitch con chicos y chicas en bañador y biquini bailando al son de la música. 
Vale mucho la pena visitar su interior y no solo porque dentro hay más chicas y chicos en biquini y bañador si no por su ambiente. No digo más para no fastidiar la sorpresa a nadie. 
En la quinta avenida, poco antes de llegar a Central Park, hay otra tienda Abercrombie & Fitch y en esta había que hacer cola para entrar mientras que en la otra no había casi nadie dentro. 
Después fuimos a la tienda Apple del Soho (103 Prince St) para consultar el correo electrónico. No tuvimos que esperar nada para usar los ordenadores a diferencia de la tienda Apple de la 5ª que estaba a tope de gente. Seguidamente quisimos ver la NY Earth Room (141 Wooster St) pero estaba cerrada hasta el 16 de septiembre y evidentemente nos quedamos con las ganas. Un poquito más cansados paseando por La Guardia Plza dimos con Washington Square Park y la Universidad de Nueva York. Allí había una plaza que vale la pena ver. En el centro de la plaza hay una fuente con un chorro de agua con mucha presión. Un chico de unos 11 años aproximadamente aprovechaba el chorro para suspenderse en el aire sin tocar el suelo. Se lo estaba pasando realmente bien y los paseantes también. Ahora bien, la infección que pillaría después sería tremenda, el agua estaba asquerosamente verde. 
Cruzamos el parque y subimos por la 5ª avenida hasta llegar a Max Brenner (841 Broadway) un restaurante de chocolate. Aquí también me voy a quedar con las ganas de explicaros los detalles pero es que hay que vivirlo. Es un lugar de sueño donde se respira chocolate y buen rollo en el ambiente. Nosotros compramos una porción de pizza de chocolate (7$) para probarla como buenos guiris. 
Bueno... a mí me pareció demasiado dulce. Llenaba tanto que ya no cené. Siguiendo nuestro camino fuimos a dar con Union Square. Hasta entonces los precios que habíamos visto eran carísimos. 
La libra de manzanas costaba entre 2$ y 3$ y el resto de frutas: melocotones, naranjas,... más o menos igual. Eran las 19 horas cuando llegábamos a Union Square y allí había instalado un mercadillo de frutas y verduras. Los precios eran más bajos así que compramos 6 libras de manzanas por 2$. 
Después vimos tomates y cogimos 2 libras. 
Cargado con la bolsa de tomates me acerco a la caja y el hombre de allí me dice que no le tengo que pagar nada que la caja está cerrada. Cabreado me disponía a devolverlos en su sitio y me dice que no los dejara. "¿Entonces qué hago si no los puedo pagar ni dejar? ". Pues sí, justamente lo que estaréis pensando, llevármelos gratis. ¿Cómo? ¿qué en NY me están regalando tomates? Pues sí, y es más, me dijo que cogiera los que quisiera. A mi novia le faltó tiempo. 
Cogió tantos tomates que durante toda nuestra estancia allí, 11 días, cenaba tomates todas las noches y ella super feliz porque le encantan. Yo ni los probé, no me gustan, soy así de raro que le voy a hacer . 
La siguiente parada fue el Flatiron Building, el primer rascacielos de NY. Se ha quedado pequeño al lado de los demás gigantones pero a mí me parece precioso de ver. Es de una arquitectura realmente espectacular que encaja muy bien con el espacio en el que se encuentra. No os lo perdáis. 

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Seguimos paseando hasta nuestro hotel y una vez allí dimos por acabado el día. 

23 de agosto de 2009 

Cuando me desperté mis acompañantes ya estaban despiertas. Lo primero que hice, como cada mañana, fue correr las cortinas para ver el Empire State iluminado por la luz naranja del amanecer. 
Vestidos y café en mano nos echamos a la calle para tomar el metro (línea azul C, los domingos la línea azul B se restringe, según la recepcionista del hotel) que nos dejaría en Cathedral Pkwy (110 st). Cerca de la parada estaba la Cathedral Church of St John Divine, nuestro primer destino. Es una catedral muy grande e interesante de visitar. 
Durante el trayecto topamos con el Morningside Park que vimos mientras ascendíamos la carretera que lleva a St John Divine. Nuestro siguiente destino fue la Universidad de Columbia. Los edificios de estilo clásico y el campus son bonitos de ver. 
Después echamos un vistazo en Riverside Church. No subimos al mirador porque el cielo estaba muy tapado pero allí vimos a un señor cantando ópera que nos dejó la sangre helada. Uuufff! menuda acústica tenía la iglesia y menuda voz tenía el señor! 
De ahí a la Tumba del General Grant. Es un edificio pequeñito que se visita en 5 minutos. Fotitos de rigor y poca cosa más que hacer. Allí nos encontramos con un conocido. 
- Hombre Sr Gerardo! usted por aquí!. ¿Haciendo la visita de la misa gospel, verdad? Todos estos monumentos turísticos están muy cerca el uno del otro y se visitan muy rápidamente. Lo digo porque puede parecer un palizón visitar todo esto en tan poco tiempo pero no lo es. 
De allí nos dirigimos hacia la iglesia donde veríamos la misa gospel en Harlem (7a Ave con 124 St) pero antes pasamos por el Teatro Apollo. 
Había un muro lleno de pintadas dirigidas a Michael Jackson y un dibujo en el suelo con su rostro. Por cierto, en todo NY se escuchaban canciones de Michael Jackson, fue el mismo año de su muerte. 
La misa gospel en aquella iglesia estuvo muy bien. Todo estaba muy bien organizado con un espacio para los creyentes y otro para los turistas. No se podían hacer fotos, ni leer, ni adoptar una postura corporal excesivamente relajada pero todas estas prohibiciones no resultaron ningún problema. 
En cuanto a la misa,... genial! Los feligreses cantaban con todo el alma totalmente emocionados. Llegamos bastante antes de que empezara la misa y algunos creyentes ya estaban orando individualmente y de tanto en tanto a alguno se le escapaba alguna oración en nota gospel, alguna palmada, algún aleluya!, algún movimiento impulsivo. Por cierto, durante la misa, un hombre de unos 85 años bailaba por todo el altar, que más que un altar parecía un escenario, y él, más que un señor mayor parecía un niño de 3 años que no para quieto. 
Fue realmente interesante presenciar en vivo como esa gente vive y siente la religión. Os recomiendo que vayáis a una misa gospel en esa o cualquier otra iglesia. 
Después de la misa gospel estuvimos paseando por Central Park. Comimos unas inmensas hamburguesas en un Jackson Hole Burgers (1270 Madison Ave). Es una cadena de hamburgueserías que recomiendo porque sirven rápido y tienen ensaladas muy ricas. 3 hamburguesas y de beber "tap wather" 29 $ con propina incluida. 
Con el estómago bien lleno fuimos al Museo Guggenheim. Estábamos un poco a la expectativa de que nos íbamos a encontrar allí porque poco antes de ir a NY vimos una noticia, que decía que las mejores obras del museo de NY se habían trasladado temporalmente al museo de Bilbao. Mira que bien!. Que suerte tenemos! Eran las 14:30 horas y había bastante gente en el museo. Nosotros con la NYPass no hicimos ninguna cola y a las 16:30 h. ya estábamos fuera. Las audioguías son gratuitas y menos mal porque solo se podían escuchar 5 obras en castellano. 
Al salir del museo empezó a chispear así que nos fuimos a resguardar al Museo Whitney que también entraba con la NYPass. Es un museo de arte moderno con poquita gente que se visita muy rápido. Vimos e interactuamos con algunas obras de arte muy divertidas. Aunque éstas fueron las de menos. 
Bien entrada la tarde visitamos el Rockefeller Center, la St Patrick's Cathedral y la Grand Central Terminal, adelantándonos así al planning del día siguiente. Aprovechando que teníamos la NYPass y creíamos (digo bien... creíamos) que se podía repetir atracción si era en días diferentes subimos al Top of the Rock. Las vistas son preciosas, para mí mejores incluso que las del Empire State porque en el Top of the Rock se ve Central Park y el Empire State. 
Otras diferencias con el Empire State son: 
1-. no había mucha gente con lo cual no tenías que hacerte hueco o esperar a que otros se hicieran la foto con la ciudad de fondo para pillar un sitio con vistas. 
2-. No hay controles de seguridad ni colas. 
3-. El Top of the Rock guarda alguna sorpresilla que de acuerdo con mi compromiso no desvelaré. Vistas de la ciudad con el Empire State en el centro desde el Top of the Rock. 

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Cenamos en una pizzería del sótano de la Grand Central Terminal. La porción de pizza nos costó 3$, como en todos sitios más o menos. Estuvimos muy a gusto allí sentados en una especie de butacas y acompañados por la música y voz de una cantante de la estación. Se nos ponía la piel de gallina escuchándola cantar. Buenas noches! 

24 de agosto de 2009 

Me despierto. Que bien he dormido hoy. Soñaba que estaba en Nueva York. Coño! si estoy en Nueva York!!! 
Primera parada, Rockefeller Center. 
Es verdad que ayer ya habíamos estado pero queríamos volver a subir al Top of the Rock porque el día anterior el cielo estaba un poco nublado y pensábamos que las vistas con el cielo despejado serían mucho mejores. 
A estas horas de la mañana la plaza estaba mucho menos concurrida y resultaba mucho más cómodo hacerse las fotos con Prometeus detrás. Por cierto, que estatua tan reluciente y bonita, parece nueva. 
Bueno, pues quisimos volver a subir al Top of the Rock haciendo uso de nuestra NYPass pero la chica nos dijo que no podía ser que la máquina marcaba que se había utilizado anteriormente en la misma atracción y que no se podía repetir. Y nosotros... - pero señorita, si aquí en el librito (le mostramos el texto del librito que acompaña a la NYPass) pone que se puede repetir atracción si es en días diferentes. Y la señorita que si la máquina es la que manda. Que no sé porque pone eso en el libro. Que ella tiene otras indicaciones. 
En definitiva, no volvimos a subir al Top of the Rock. Que le vamos a hacer. Con la cabeza gacha nos fuimos otra vez a la Grand Central Terminal. 
Mogollón de gente corriendo de un lado a otro para no perder el tren. Gente desorientada que no sabía a donde ir. Algún que otro friki. 
En fín, un poquito de tó. Dejamos la parada de trenes para ir al Chrysler Building y visitar su vestíbulo. Ooooh! que bonito!. Que decoración!  

En Bryant Park estuvimos sentados a la espera de que abrieran las puertas de la Public Library. Allí no podíamos dejar de mirar el American Radiator con su fachada negra y los altos dorados. A las 11 entrábamos a la Public Library. Pensábamos visitar muchas de sus salas pero lo cierto es que muchas estaban cerradas al público. 
Aún así es un lugar precioso con lámparas de araña, relieves en la madera, columnas de mármol y bastante gente estudiando (que no sé como pueden estudiar con tanto turista). He de decir que para entrar no hicimos nada de cola. Lo digo porque en el foro leí que alguien alguna vez tuvo que hacer hasta 20 minutos de cola. Nosotros nada, pero nada de nada. Dejada la calma de la biblioteca nos plantamos en el lugar más bullicioso de NY. Lo adivináis?... correcto! Times Square! 
Carteles luminosos, pantallas, publicidad, publicidad, y más publicidad. Hasta una especie de comisaría de policia tenía paneles luminosos! Entramos en la tienda Toys "R" Us más grande del mundo. Jodxr! pues sí que es grande sí. Hay hasta una noria y un dinosaurio dentro! :shock: Una vez pudimos cerrar la boca por lo impresionante y asombrante que es Times Square nos fuimos a comer. Comimos en un Deli de la calle 42 muy cerca de la avenida 12 que encontramos de camino al Circle Line Cruises. Lo siento pero no recuerdo su nombre. 
Si mirabas hacia el puerto se encontraba en la acera de la derecha. Doy estas indicaciones porque comimos una hamburguesas acompañadas de ensalada y patatas fritas realmente buenas. Siento de verdad no recordar el nombre. 
Una vez recogidas las entradas con la NYPass para el crucero de 2 horas, como teníamos que esperar un rato nos fuimos a visitar el Intrepid Sea Air & Space Museum que está justo al lado y también entra en la NYPass. 
El museo es entretenido. Puedes entrar en un portaviones y comprobar que estrechos son los espacios. Visitar la cabina de control, los camarotes y el comedor entre otros espacios. También pudimos entrar en el Concorde y ver de cerca aviones y helicópteros de guerra. 
El crucero Circle Line ofrece unas vistas muy bonitas de Manhattan y de la Estatua de la Libertad. Id pronto para sentaros en la parte de arriba del barco. En cuanto a qué lado es mejor no sabría que deciros porque el barco da media vuelta y hace el mismo recorrido. 

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Entramos al Museo Madame Tussauds que una vez más entraba con la NYPass. Es un museo de cera normal con personajes representativos de los EEUU. La verdad es que lo pasamos bastante bien haciéndonos fotos divertidas con las estatuas de cera. 
Además, tienen como un pasadizo del terror en el que te pegas algunos sustos. Es un recorrido muy corto y la decoración no es que sea muy terrorífica que digamos pero es divertido y como era gratis pues "pa'dentro". Por la tarde subimos al Empire State. 
Queríamos ver como las luces de Manhattan se encendían delante de nuestros ojos. 
Lo cierto es que cuando llegamos arriba todas las luces estaban encendidas. Entre control de seguridad, cola para los ascensores y cola para las escaleras al final tardamos cerca de 45 minutos en llegar y eso que parecía que no había mucha gente. Una vez arriba estaba abarrotado de gente. Menudo agobio!. No se podía ni andar. Para pillar un sitio con buenas vistas tenías que ponerte detrás de alguien y esperar a que se marchara. Las vistas eran muy bonitas eso es cierto y la visita evidentemente obligada. Aquí dimos por acabado el día. 
El cansancio empezaba a notarse y todavía nos quedaban muchos días por delante. 

25 de agosto de 2009 

Hoy tocaba madrugar. Íbamos a ver la Estatua de la Libertad y queríamos llegar a tiempo para tomar el primer ferry que saliera hacia Liberty Island. Al salir del metro lo primero que vimos fue el toro de bronce Bowling Green Bull. Allí hicimos nuestras fotos sin que nadie nos molestará. Toreando, tocándole los ... cuernos, y también los mismísimos, encima de él, debajo... Como llevábamos la NYPass teníamos que recoger las entradas para la Estatua de la Libertad en la librería que hay en el interior del Castle Clinton. En la librería nos dieron los pases para el ferry y después tuvimos que ir a las taquillas donde venden las entradas a la Estatua para obtener las entradas al monumento. Tranquil@s, las taquillas están a 5 metros de la librería y se ven perfectamente. Al final para recoger las entradas no tuvimos que esperar ni un minuto. No había nadie. Eso sí, eran las 8:15 h. de la mañana. Tampoco era tan pronto.
El primer ferry salía a las 8:20 h. A las 12:30 h. la cola para comprar las entradas daba la vuelta al Castle Clinton. La verdad, creo que ese día vale la pena madrugar. Cuando llegamos a la Isla de la Libertad sí tuvimos que hacer algo de cola para pasar el control de seguridad. Antes del control de seguridad si lleváis mochilas os las harán dejar en unas taquillas que hay en la tienda de souvenirs. Los bolsos pequeños sí los dejan entrar. Hay que pagar para usar la taquilla 1$ las 2 horas (tiempo más que suficiente). 
Las taquillas funcionan con la huella dactilar. Son muy fáciles de utilizar pues las instrucciones están explicadas en castellano. Lo único que tenéis que tener en cuenta es: recordar el número de taquilla que habéis usado porque luego tendréis que marcar el número de la taquilla para recuperar las cosas y si queréis las instrucciones de la maquinita en castellano no busquéis la banderita de España, buscad la de Méjico. Otra cosa, las botellas de agua o de cualquier otro líquido os las vaciarán. La Estatua es muy bonita y en el trozo de césped que hay delante se está muy a gusto. Yo creo que os gustará. 
Nosotros subimos hasta el pedestal. A la corona no pudimos por la lista de espera que había para obtener las entradas. Sinceramente, no sabría deciros si vale la pena subir hasta la corona o no. Una vez recogida la mochila de la puñetera taquilla nos fuimos a esperar el ferry dirección Ellis Island. Allí visitamos el museo de inmigración otra cosa no hay para hacer allí. A mí me gustó. Hay muchos objetos, documentos y fotografías de la época. 
El ferry, evidentemente, volvió a dejarnos en Battery Park. El parque estaba mucho más animado que a las 8:15 de la mañana, como os podéis imaginar. Los que no estaban tan animados eran los de la pedazo cola que había. En el parque había un grupo de saltimbanquis que mezclaban el teatro y la música acústica con el humor y las volteretas. Resultó muy divertido verles. Lástima que yo no dispongo de demasiado dinero como para darles una contribución más grande. Una vez en el distrito financiero buscamos un lugar para comer. Habréis notado que durante todo el diario no he hablado mucho de los sitios donde comimos. No es que estuviera a dieta es simplemente que eran Delis que creo no vale la pena destacar pues eran bastante mediocres. En cambio, sí quiero destacar éste otro Deli. Comimos muy bien. Había gran variedad de alimentos y el precio era un poquito más bajo que en otros Delis que no eran tan buenos. El Deli es Sale & Pepe (1 Exchange Plz entre Trinity Pl y Broaddway). Después de comer fuimos a Trinity Church. En ésta iglesia flipamos un poco porque en el exterior había un pequeño cementerio con tumbas en el suelo convertido en miniparque y la gente comía prácticamente encima de ellas. Luego nos hicimos las fotitos de rigor en la fachada de la bolsa de Wall Street intentando pillar de fondo algún broker con su chaqueta de colores y sus pegatinas enganchadas. Parecen pilotos de fórmula uno con tanta pegatina. Entramos en Federal Hall y vimos la puerta de entrada; o lo que es lo mismo, no vimos nada del Banco de la Reserva Federal. De ahí nos fuimos a ver la Zona 0 y el World Financial Center. La Zona 0 es increíble. 
Hay que verla en vivo para hacerse una pequeñita idea de lo grande que tuvo que ser aquella tragedia. El espacio que ha quedado equivale al espacio de todo mi barrio donde vivo. En fin, poca cosa más puedo decir, sin palabras. El World Financial Center es muy bonito por dentro. Un lugar muy amplio y luminoso que transmite las ideas de riqueza, poder y lujo, o al menos eso me pareció a mí. Seguidamente fuimos a Century 21, la tienda outlet de referencia de Manhattan. Fui dos veces a esa tienda. La primera vez fue un desencanto como veréis. Era a última hora de la mañana. La tienda estaba abarrotada de gente y mientras buscaba unos calzoncillos de mi talla para comprar perdí a mis acompañantes. Mujeres!. 
Después de estar casi 45 minutos buscándolas por toda la puñetera tienda me las encuentro super-encantadas de la vida porque habían comprado Wonderbras a 8$ mientras que en Barcelona esos sujetadores pueden valer cerca de 36 euros, según ellas. "- Ah! ¿sí?! que bien que hayáis comprado! yo no he comprado nada! Llevo 45 putxs minutos buscandos por toda la puñetxra tienda y no sé si hay ropa buena o mala ni si es cara o barata". Total, que muy malo mi primer contacto con Century 21. Con tanta gente y con el cabreo me empecé a agobiar y me marché de allí sin comprar nada. Otro día volví a por una maleta y pillé mogollón de cosas. Luego entramos en St Paul’s Chapel. Llamada también la Iglesia Milagro porque en el atentado de las torres no sufrió ningún daño. Ni tan solo se rompió una ventana. Décadas atrás sufrió un incendio pero se mantuvo en pie. La iglesia es pequeñita y bonita por dentro. Es una iglesia original. Por dentro no parece una iglesia común. Fue utilizada como área de descanso para los bomberos durante la semana siguiente al 11-S y se guardan fotografías y una cama usada por los bomberos. Vale la pena dedicarle unos minutos para visitarla. 
De allí nos fuimos al City Hall y a continuación fuimos a la exposición de Bodies... The Exhibition que entraba con la NYPass. Esta exposición ya la quise visitar en Barcelona pero costaba unos 26 euros y bueno... no fui. Paso de pagar esa cantidad de dinero. Resultó una exposición muy pero que muy interesante. Me acompañaba mi novia que es enfermera y me iba explicando un poquito que era cada cosa. Fue una visita muy productiva para entender el cuerpo humano y ver partes de él. 
Acto seguido cruzamos el Puente de Brooklyn. Tuvimos que correr bastante porque queríamos ver la puesta de sol y ver encenderse las luces de Manhattan desde la famosa playita. La playita fue una gran decepción. Es muy pequeña y un poco incómoda por eso de la arena y el agua. Así que nos estiramos en el césped. Echamos de menos la manta que habíamos tomado prestada del avión para poder estirarnos encima y haber cogido algo para cenar allí en plan pic-nic. Las vistas y el ambiente con la otra gente excelentes. 

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En Brooklyn tomamos el metro hacia el hotel y... que sueño... zzzzzzzzzZZZZZ! 

26 de agosto de 2009 

Este día nos levantamos un poquito más tarde. No valía la pena madrugar porque el museo no abría hasta las 9:30 horas. Ducha, café en mano, bus y nos plantamos en el MET. Una vez allí dejamos ver nuestras NYPass a los controladores de las entradas y para a dentro sin hacer cola ninguna. Compramos audioguías en castellano (6$ cada una). Grave error. Habían muy pocas obras de arte que tuvieran explicaciones en castellano. El museo es inmenso. 
Me encantó casi todo lo que vi, incluso el arte moderno que es algo que me cuesta entender un poco más. La sección de pintura es inmensa y hay obras de los mejores pintores del mundo de toda la historia: Manet, Caravaggio, Van Gogh, Degas, Vermeer y muchos más. Para mí es una visita obligada de NY. También me gustó mucho la galería de las armaduras, la de Egipto, la de arte medieval, en fin, me gustó casi todo. Los museos, en general, me suelen dejar los pies muy cansados así que para descansar un poco subimos a la terraza del museo. Es una terraza al aire libre muy acogedora con bancos y unas vistas muy bonitas de la ciudad. Después de 4 horas de museo nos fuimos a comer a un Jackson Hole Burgers. El postre nos lo comimos gratis en la tienda de dulces Dylan’s Candy Bar (1011 3th Ave con 59 st). Presentando la NYPass nos dieron una tarrina de helado gratis. Que bien nos sentó el heladito! mmm! que fresquito y que rico!!! La tienda es como todo en NY... muy grande. Las cantidades de dulces son industriales y la decoración como de cuento de niños, concretamente el de Hansel y Gretel. Visita no apta para diabéticos. 
Entre las calles 59 y 60 con la 2ª avenida tomamos un teleférico que nos llevó a Rooselvelt Island. El teleférico pasa muy cerca del Puente Queensboro y ofrece unas vistas aéreas preciosas de la 1a avenida y del East River. El trayecto dura unos 4 minutos y se puede acceder al teleférico usando la Metrocard. Como nosotros llevábamos la tarjeta semanal de viajes ilimitados no nos costó ni un centavo extra y el paseo valió mucho la pena. Una vez el teleférico nos devolvió al punto de partida nos dirigimos hacia la Quinta Avenida. Entramos al Hotel Plaza. 
Pensábamos que no nos iban a dejar entrar pero nada de eso. Nos dejaron entrar, pasear y hacer fotos. Todo el hotel es de película, sí, creo que esa es la mejor forma de definirlo. No os cortéis en pasear por allí creo que incluso podéis tomar algo en el bar de allí. Nosotros entramos al bar y nadie nos dijo que no pudiéramos hacerlo y eso que llevábamos unas pintas... de miedo :) . Que entrásemos no quiere decir que tomáramos nada. En ese lugar no me atrevo ni a pedir "tap wather" no vaya a ser que me tenga que poner a fregar platos para pagar el agua del grifo. Justo en frente del Hotel Plaza está la tienda Apple abarrotada de gente y la juguetería FAO. En FAO estuvimos un rato toqueteando los peluches, mirando algunos juguetes muy modernos que no se sabe muy bien que hay que hacer para jugar con ellos. Hicimos la foto del piano de la película BIG. Por cierto, mucho más pequeño de lo que pensaba. Muy cerquita está la joyería Tiffany's. Creo que fue Funky quien dijo en su diario que no le dejaron entrar en la tienda. Nosotros no tuvimos ningún problema. Recorrimos todos los pisos de la joyería. No soy una persona a la que le llamen la atención las joyas pero es que allí habían unas pedazos de joyas...Alucinamos!. Todo brillaba y relucía. Después de visitar la Trump Tower, de acuerdo con el planning preparado, teníamos que visitar la tienda Abercrombie & Fitch. Como ya dije anteriormente en este mismo diario había que hacer cola para entrar y como ya habíamos estado en otra tienda parecida en el Soho, es decir, con música y dependientes/as semidesnud@s, no dudamos en pasar a otra cosa. 
Fuimos al hotel y nos preparamos para ver el musical del Fantasma de la Ópera. Una hora y media antes del espectáculo recogimos las entradas en las taquillas del Teatro Majestic y paseamos un rato por la zona para hacer tiempo. Al volver al teatro había muchísima gente para entrar pero la entrada fue muy rápida y sin agobios. Las entradas que nos habían dado estaban muy bien ubicadas. Tercera fila y en el centro. Vimos de maravilla todo el musical. Os recuerdo que las entradas las compré en www.newyork60.com. Para mí fue todo un acierto comprarlas en esa web. 
Nos ahorramos bastante dinero, creo que un 40% y antes de comprar las entradas te informan de que asientos te han asignado y si quieres las compras y si no pides que te den otros asientos. Una vez en NY vimos que en las taquillas de TKTS siempre había mucha cola, ahora bien, no sé si la cola era muy lenta o no. 
Nosotros como no quisimos arriesgarnos a quedarnos sin entradas las compramos con antelación y desde casa antes de emprender el viaje y nos fue genial. Sobre el musical no os cuento nada para no chafaros las sorpresas que las hay y muchas! Sí quiero explicaros una anécdota. 
El actor que representó magníficamente bien su papel de novio de la protagonista, al final de la obra, cuando salió a recibir la ovación y el aplauso del público, resbaló y pegó un hostión en el suelo. El resto de actores que ya estaban en el escenario no pudieron aguantar las risas. Pobre hombre. Menos mal que reaccionó rápido y con gracia y salió airoso del traspiés. Después del musical, camino del hotel, no dejábamos de hablar del musical. Fue una experiencia maravillosa. Si tenéis dudas de que musical ir a ver elegid el Fantasma de la Ópera. Es una garantía de éxito segura. Los que vayáis después de mi recomendación me lo agradeceréis. 

27 de agosto de 2009 

Tempranito por la mañana fuimos a Times Square para que nuestra familia nos viera por las cámaras que hay en la calle y de paso nos sacaran algunas instantáneas. A la familia les encantó vernos en directo por las calles de Nueva York. Os dejo una fotografía de la cámara.

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Seguidamente fuimos al Madison Square Garden. Allí nos llevamos una gran sorpresa. 
Lástima que no pudimos hacer fotos porque más de uno no os lo vais a creer pero en las pantallas exteriores se anunciaba un concierto de... José Luis Perales!. 
Después de esperar un buen rato sin pestañear y cámara en mano para fotografiar el anuncio del concierto del cantante español nos fuimos a la Terminal de Autobuses Port Authority para comprar los billetes hacia Woodbury. Queríamos comprar los billetes antes de que se nos agotará el plazo de la NYPass para ahorrarnos unos dólares. De manera que compramos los billetes mientras la NYPass tenía validez pero el bus lo tomamos cuando la tarjeta ya no era válida. Nos ahorramos 5$ cada uno y no tuvimos ningún problema. La taquilla de venta de billetes para Woodbury está en el primer piso. Hay que subir unas escaleras mecánicas y a la izquierda está la ventana de venta de billetes a Woodbury. 
Cerca de la terminal de autobuses está la tienda de fotografía e informática B&H. Allí compré una tarjeta de memoria de 2 Gb para mi cutre-cámara de fotos digital por 17$ y un Ipod Nano de 16 Gb por 170$. B&H es una tienda llevada por judíos. Menudos comerciantes son. Cuando fui a la caja me querían vender un montón de cosas: una funda, un enchufe adaptador, una garantía internacional,... que pesaos! " - I want the target and the Ipod. Nothing more, hostias!" Que bien hablo tanto el inglés como el castellano. 
El MoMA es un museo inmenso y a mi parecer de visita obligada. Tiene montones de obras de arte para todos los gustos. El MoMA es un mundo plagado de sensaciones donde seguro que cada visitante encuentra su obra de arte. Me refiero a esa obra que no sabes por qué pero te gusta, te encanta y te la llevarías a casa. 
Bueno, en mi caso me llevaría un montón. Otras en cambio provocan rechazo, risa o incluso ofensa. Las audioguías son gratis y en este caso resultan muy útiles. Para comer fuimos a Deli Gourmet en la 53 St. entre la 6ª y la 7ª Avenida, muy cerca del MoMA. Se come bastante bien por 6,75$ la libra. Había a elegir comida fría y caliente. 
Después de comer fuimos a dar un tranquilo paseo por Central Park y como en la NYPass nos entraba el Zoo aprovechamos para entrar. Es un Zoo bastante pequeño donde predominan las aves. Lo más curioso fueron los leones marinos, los osos y los pingüinos. Si vais con críos pasaréis un buen rato pero he visto zoos mucho mejores. A las 19:30 h. llegábamos a Pier 17. En la última planta había unas tumbonas donde posamos nuestros traseros hasta que cayó la noche. Que bien se estaba allí, a pesar de algún que otro ratoncillo que vimos. Vistas del Puente de Brooklyn y del East River preciosas. Una apetecible fina brisa que al llegar la noche se convirtió en un frío de cojxnes. Música de fondo de algún músico callejero y de los bares de copas. Es un lugar muy recomendable con mucho ambiente. Locales con música en directo, tiendas, bares y restaurantes y mucha gente por la calle con ganas de pasarlo bien. 

28 de agosto de 2009 

El día ha amanecido lluvioso. Menos mal que por la mañana estaremos bajo cubierto en el Museo de Historia Natural. El museo es muy grande y en algunas galerías da la impresión que siempre estás viendo lo mismo. Por eso considero importante seleccionar bien lo que se quiere ver. La ballena a pesar de que es más falsa que un billete de 2 euros vale la pena verla, igual que una canoa inmensa que hay, la galería de los dinosaurios, la del origen del hombre y alguna que otra más que ahora mismo no me atrevo a ponerle nombre porque igual me equivoco. La que no me gustó mucho fue la galería del origen del espacio pero bueno a otros seguramente les encantará. 
Después del museo seguía chispeando y fuimos a pasear por el Meatpacking District. Un barrio tranquilo, sin tráfico ni ruido, con edificios más bien bajos y con gente muy pero que muy pija. Lástima que chispeaba y no había mucha gente por la calle. Visitamos el Chealsea Market. 
Me encantó como está decorado su interior, muy pero que muy bonito. El ambiente que se respiraba dentro era bohemio contemporáneo, así es como lo llamo yo, que quiere decir que hay gente que va de bohemia pero que está forrada de dinero. 
Solo así se explica que un bohemio de éstos pudiera comprar en según que tiendas de allí porque los que somos bohemios antiguos nos tuvimos que conformar con mirar y oler, de probar nada. Por cierto, no recuerdo muy bien cuándo ni por qué anoté en mi planning lo siguiente: "pasear por la Gansevoort St" pero resultó ser una calle muy especial. No digo nada más. Los que tengáis pensado pasear por el Meatpacking no os la perdáis. Si alguien que haya estado en esa calle está leyendo esto seguro que sabe a que me estoy refiriendo. Nuestros pasos siguieron por el West Village. 

Fuimos al Muelle de Christopher St y una vez allí, sentados y protegidos de la lluvia, contemplábamos las vistas y descansábamos las piernas. La zona estaba muy vacía por el mal tiempo pero ese lugar un día soleado seguro que es estupendo. Ya lo era un día lluvioso. Dejamos el muelle en busca de un lugar donde comer. Andamos mucho hasta encontrar una triste pizzería. No podíamos creernos que no encontrásemos ningún sitio donde comprar comida. Ni Mc Donalds, ni Subways, ni venta ambulante de perritos calientes, nada de nada. Una vez matada el hambre buscamos el edificio de Friends para sacarle la foto de rigor. 
A continuación fuimos a Magnolia Bakery. No fuimos allí por que seamos seguidores de Sexo en Nueva York, es más, ninguno de los tres habíamos visto nunca un solo capítulo de la serie. Pero sí somos seguidores de la comida y sobre todo de los dulces. Que muffins más ricas por 2,5$, mmmm! que buenas por Diooos! Para mí compré una de fresa y mis acompañantes compraron de chocolate. Lo cierto es que las de chocolate estaban bastante más buenas. Se acercaba la noche y estábamos cansados pero como ya no llovía alargamos un poco nuestro paseo por el barrio que estaba muy animado.
El ambiente era 100% homosexual. Montones de bares llenos de hombres únicamente, tiendas con escaparates llenos de maniquís forrados en cuero, juguetes de tipo sexual... pero que se puede hacer con eso?! Y de aquí directos al hotel a descansar. 

29 de agosto de 2009 

Preparados para ir de compras? Pues a comprar!!! En principio éste día no lo íbamos a dedicar a ir a los outlets pero como llovía decidimos cambiar los planes e ir para estar a cubierto de la lluvia. Los billetes los compramos para el domingo pero vimos que los billetes no son para un día concreto sino que tienen una validez de 15 días desde el momento que los compras. Fuimos muy temprano a Port Authority Bus Terminal para tomar el bus de las 8:20 a.m., el primero que salía. Cual fue nuestra sorpresa que al llegar a la puerta 310, 1ª planta, dónde esperaba el bus, había una larga cola de gente, algunos con maletas. 
Empezamos a hacer nuestras cuentas: ¿cuántas personas cabrán en el bus? Uy, uy, uy que no entramos!, en eso que viene una señora y con el brazo extendido dice "- hasta aquí!" justo delante nuestro, " mierda! nos quedamos fuera del bus" . A continuación, la misma señora nos indicó que pasáramos por otra puerta, uuuufff! menos mal!!! Nos subieron a todos en otro bus y... Woodbury... allá vamos!!! El trayecto duró 1 hora más o menos. Una vez en Woodbury pasamos por el punto de información para que nos dieran los cupones descuento y el mapa. Después de eso empezó el desmadre. Venga a comprar, comprar y comprar. Hay mucha ropa barata pero no tan barata como imaginaba. 
Lo más barato que encontré fueron: Pantalones Calvin Klein 2 por 50$, 2 T-shirts de Tommy Hilfiger, Converse y DKNY por 20$, deportivas Adidas, Reebok y Nike si comprabas 2 pares el segundo par te salía a mitad de precio, zapatos Bass rebajados hasta un 70%, calcetines y calzoncillos tirados de precio. 
Lo que no encontré tan baratos fueron los Levi's y eso que pensaba comprarme unos pocos. Los modelos que habían no me gustaron, eran 501 y eso, de bolsillos grandes o bajos de culo, que son los que me gustan, no habían. 
La ropa Burberry, Prada, Hugo Boss y todas estás marcas para mi estaban igual de caras y no me atreví a tocarlas. Eso sí, chafardeé y me parecieron muy caras. En fin, yo compré mucho porque realmente necesitaba renovar mi vestuario. 
Y vaya si lo he renovado, lo he renovado para los próximos 5 años, según mi novia 9 años. Me fuí a NY con ropa de Zara, Pull & Bear y de mercadillo y vuelvo hecho un pijo. 
Ahora quiero ponerme alguna ropa que no sea de marca y no la encuentro. Otra cosa que os puede interesar saber es que nosotros al registrarnos en la web de Woodbury (http://www.premiumoutlets.com) imprimimos algunos cupones descuento que en algunos casos eran mejores de los que nos habían dado en el punto de información o simplemente se adaptaban mejor al tipo de compra que hacíamos. Me explico. Los cupones que te entregan mayoritariamente son por compras de un valor mínimo. Es decir, por la compra de 100$ un 10% de descuento. 
Pues bien, en algunos casos, pocos, el gasto mínimo era inferior o el descuento era mayor en el mismo establecimiento. En mi caso, por ejemplo, en la tienda Tommy tenía un descuento del 15% por una compra mínima de 150$ y otro del 25% por la compra mínima de 200$. 
Para volver tomamos el bus de las 8 pm., hora aproximada. Fue una vuelta un poco accidentada. Uno de los viajeros iba borrachísimo y como el conductor le llamó la atención un par de veces por estirarse y ocupar más de un asiento, éste empezó a insultarle. 
Al final, el conductor paró el bus y llamó a seguridad para que lo echaran. El viajero seguía negándose a bajar del bus así que al final vino la policía. Finalmente, tras un intercambio de palabras, no hubo forcejeos, el hombre ebrio bajó del bus y reiniciamos el trayecto. 
Menos mal que el conductor lo echó porque si llegamos a ir todo el viaje con ese tío de 1,90 metros de altura y se pone violento o pesado durante el trayecto a más de uno nos hubieran temblado las piernas. El bus no inicia el trayecto hasta que no se ocupan todos los asientos de manera que no tendréis mucho espacio donde poner todo lo que hayáis comprado. Os recomiendo que, tal y como hacían muchos, os llevéis maletas o que las compréis en el propio outlet donde hay una tienda Samsonite. 
Si lleváis maletas las podréis dejar en el maletero del bus y no tendréis problemas. Nosotros volvimos en el bus con las bolsas en los pies y encima de las piernas y no nos sirvió para nada porque al final tuvimos que comprar otra maleta en Manhattan porque no teníamos suficiente espacio como para regresar toda esa ropa a BCN. 

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Después de dejar las compras en el hotel y de haber quitado las etiquetas a toda la ropa para evitar un posible pago de impuestos en el viaje de regreso nos fuimos a Times Square. 
Eran las 22:00 h. cuando llegábamos a Times Square. Algunas calles antes de llegar, ya se veía un gran resplandor en medio de la noche. Eran las luces de las pantallas de publicidad que cubrían los edificios de la zona. Podíamos sentir la calor que éstas desprenden. Guau! que bonito! todo iluminado y muchísima gente en la calle (tanta o más como durante el día). Eso sí, allí nadie se acordaba de la conservación del planeta y del consumo energético. ¿Dónde estaba Al Gore? Seguramente forrándose de pasta dando alguna conferencia. Creo recordar que fue esa misma noche cuando presenciamos algo curioso en Times Square. 
Íbamos paseando por Times Square cuando de repente... ¿qué es aquello?. Escucho gritos, un momento!, no son gritos, son cánticos!. Hay gente saltando y bailando!. Alguien se lo está pasando en grande esta noche. Vamos a ver que se cuece allí que igual hay fiesta . No me lo puedo creer! pero,... si son un grupo de judíos ultraconservadores vestidos con sus sombreros y su ropa seria color negro saltando con sus tirabuzones al aire, aplaudiendo, cantando, riendo. Con lo aburridos que parecen. Bueno, pues está muy bien que se diviertan, eso sí, también podrían dejar a sus mujeres divertirse que allí no se vio a ninguna mujer. Tócate los huxvos! No entendíamos muy bien cual era el motivo de aquella celebración. Una vez en Barcelona y después de consultar la Wikipedia pienso que podía tratarse del Havdalah, despedida del Shabat. La lluvia no daba tregua así que nos fuimos al hotel. 

30 de agosto 2009 

El domingo ha amanecido con nubes que anuncian lluvia. Afortunadamente no se cumplió la predicción e hizo un día maravilloso, soleado y cálido. Anoche no pusimos el despertador, dormimos hasta que quisimos pues teníamos pensado dedicarle todo el día a visitar Central Park y los horarios en este caso no nos condicionaban. Poco voy a explicar de este día: Edificio Dakota, mosaico Imagine, explanadas de césped muy grandes, gente jugando a béisbol, bicicletas y montón de rincones estupendos. 

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Seguimos paseando por Central Park hasta ir a Colombus Circle. Dentro del centro comercial, en la planta subterránea, hay un sitio muy bueno y barato para comer. Se llama Whole Foods y funciona exactamente igual que un Deli, se paga por peso. La gran diferencia con los Delis es que allí había una gran variedad de comida para elegir y que todo estaba riquísimo. Volvimos al hotel paseando por la 5ª Avenida y aprovechamos para entrar en algunas tiendas que no habíamos entrado antes como por ejemplo la de la NBA. 
El día aunque corto dio para mucho. Ahora tocaba descansar, mañana teníamos que madrugar y mucho. 

31/08/2009 Cataratas Niagara 

La excursión de hoy era una de las más esperadas de nuestro viaje. Íbamos a las maravillosas Cataratas del Niagara. En la introducción del diario ya explico los preparativos que hicimos. Para lo que no estábamos preparados era para el madrugón que nos esperaba. La noche anterior preguntamos al personal del hotel cuánto tiempo tardaríamos en llegar al aeropuerto JFK en trasporte público. El chico, muy amable, nos dijo que entre una hora y media y dos horas. Comprobamos nuestros billetes y vimos que el vuelo salía a las 6:05a.m. Hicimos nuestras cuentas de sobre a que hora nos teníamos que despertar. El resultado no podía ser peor. 
A las 2:30 a.m, NOOOOO! 
No voy a poder ir a ningún sitio con tan pocas horas de sueño !!! Además de la falta de sueño también nos preocupaba el nivel de seguridad del metro de NY a las 3 de la madrugada. Y más con la pinta de guiris que tenemos nosotros. El despertador sonó a la fatídica hora de las 2:30 horas. A pesar de estar en NY me sentía la persona más desgraciada del mundo (paradójico verdad?) pero es que estaba cansadísimo y muerto de sueño. Al final a los músculos de mi cuerpo no les quedó otro remedio que despertarse. A las 3 de la mañana llegábamos a la parada de metro indicada (línea azul A Express. La línea E que era la más conveniente estaba cortada por obras. Por cierto, eso de que NY es la ciudad que nunca duerme no sé si creérmelo. A esas horas no había nadie por las calles. Una vez en el metro no tuvimos demasiada sensación de inseguridad. Éramos como 10 personas en toda la estación. 
Un par de homeless durmiendo, algunos trabajadores y un chico con no demasiadas buenas pintas que no paraba de pasear por el andén. Llevábamos un rato esperando y empezamos a preocuparnos porque no pasaba ningún tren por esa vía. Preguntamos a una chica que nos aseguró que por allí tenía que pasar un tren. La espera se alargó hasta que ya no pudimos esperar más y nos planteamos tomar un taxi o perderíamos el vuelo. Estábamos comentando que decisión tomar cuando en ésas se nos acerca el chico que no tenía muy buenas pintas y que paseaba por el andén y nos dice algo. Como nos había hablado en inglés nos hicimos los locos: "- Uy! sorry, sorry, don't speak english". El chico insistía en hablarnos y seguíamos sin entenderlo y además no teníamos intención de entenderle por si acaso quería atracarnos. "-Uy! sorry, sorry! no entiendo!... no sé nada!, adiós, adiós". El chico seguía hablándonos cuando mi hermana, que es la más lista de los hermanos, somos dos hermanos, ella y yo, me dice: "- creo que nos está intentando indicar que tren tomar!". El pobre chico solo quería ayudarnos. 
Nos informó que por esa vía no pasaban trenes y que teníamos que cambiar de andén. Gracias al chico tomamos otro tren que nos llevaría al aeropuerto. Al final tomamos el tren adecuado aunque no era el express y sufrimos durante todo el trayecto porque parecía que no llegaríamos a tiempo para tomar el vuelo. También recordamos una lección olvidada en aquel momento: las apariencias engañan.
Llegamos a Buffalo con un avión de la compañía JetBlue. Nos sorprendió mucho que para un vuelo de una hora y veinte minutos los asientos fueran tan espaciosos y que nos sirvieran café y un tentempié. Una vez aterrizamos en Buffalo el objetivo era encontrar la parada del Bus 210 que nos llevaría hasta las Cataratas. 
Para dar con la parada hay que bajar un piso por las escaleras mecánicas, cruzar la puerta de vidrio hasta la calle y girar a la izquierda. El bus nos costó 4$ i/v. Los billetes se compran dentro del mismo bus en una máquina que hay. Es muy importante que llevéis el importe exacto. El sistema de pago es curioso. Hay que introducir el importe en una máquina y los billetes los entrega el conductor en mano. El conductor no coge ni da dinero simplemente se limita a comprobar que se ha introducido el importe mínimo en la máquina. 
El trayecto dura unos 55 minutos aproximadamente. Una vez en los alrededores de las Cataratas del Niagara es muy fácil orientarse. Hay indicadores de dirección por todas partes. No tiene pérdida. Por cierto, quiero aclarar que las Cataratas no son ningún parque de atracciones que tenga un horario para contemplarlas. Son un espacio abierto y de acceso público. Lo que sí siguen un horario son las atracciones. 

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Bajamos del bus y tras caminar unos pocos metros escuchamos el ruido del agua de las Cataratas. Íbamos hacia ellas cuando por el camino dimos con la atracción Maid of the Mist y el observatorio. 
Pagamos los 13,50 $ y adelante. Era muy temprano todavía, las 9:30am, por eso no había mucha gente ni en el observatorio ni en el barco. En el barco apenas éramos 12 personas, podíamos movernos por toda la cubierta sin necesidad de molestar a nadie. Es una pasada acercarse tanto a la Catarata grande. Hay un momento en el que parece que la catarata vaya a engullir al barco. Alrededor solo se ve blancura y solo se oye el estruendo de la masa de agua cayendo. 
Después del barco dimos un tranquilo paseo para contemplar el río y las Cataratas mientras nos acercábamos a la siguiente atracción, la Cave of the Wind. Tras el pago de 11$ nos entregaron unas chanclas y un trozo de plástico al que le concedían la exagerada categoría de chubasquero. Menos mal que seguí el consejo de un forero de cuyo nombre no puedo acordarme que recomendaba llevar ropa de recambio. 
En el Maid of the Mist te mojas un poco pero es que en la Cave of the Wind, si realmente quieres disfrutar la atracción, te pones chorreando. En nuestro caso nos metimos literalmente debajo de la caída de agua de la catarata. Os podéis imaginar como salimos,... como si nos hubieran metido en una piscina. Fue una experiencia realmente muy auténtica. Me metí debajo y me dejé llevar totalmente. 
Venga a gritar y a saltar como un loco: me sentía lleno de energía. Hasta que de pronto por mi mente pasó un pensamiento... "¡a ver si me cae una rama flotante encima y me abre la crisma!". Fue entonces cuando decidí dar por acabada la inmensa ducha. El siguiente objetivo era ver las Cataratas desde el lado canadiense. 
Sin duda alguna son las mejores vistas. Para ir a Canadá tuvimos que cruzar el Rainbow Bridge (5 minutos andando). Al final del puente llegamos a una garita donde mostramos a un policía canadiense el pasaporte. Pasaporte y listos! a seguir disfrutando de las vistas. Tras recorrer toda la catarata por el lado canadiense (30 minutos de paseo) poco más podíamos hacer allí, así que nos volvimos a USA. En la misma garita donde encontramos al policía canadiense esperábamos encontrar un policía estadounidense, pero no, nos encontramos una máquina donde había que introducir 50 céntimos de dólar americanos o canadienses. Precisamente a mi me pilló sin cambio así que cambié en las máquinas de cambio que hay allí mismo pero atención!, solo cambia billetes de 1$ y de 5$. 
Cuando pensábamos que a causa de la crisis habían cambiado a los policías por máquinas de cobro llegamos a otra garita donde sí habían policías americanos, concretamente eran dos chicas policía, una hablaba muy bien el español y la otra nos dijo que solo sabía decir la palabra... preparaos... la palabra "barba". Sí,sí, en serio, "barba" pero si es una palabra muy fea y que sirve para muy poco. Yo pensaba que iba a decir: "jamón", "tortilla", "flamenco", "hola", "gracias", "paella", pues no! dijo "barba". De regreso a USA buscamos un lugar donde comer. La verdad es que no comimos demasiado bien y tampoco era barato. Comimos en un lugar que recordaba un poco a un centro comercial pero que no era tal. Había comida china, india y americana. Después de comer volvimos a las cercanías de las Cataratas y sin buscarlo nos quedamos dormidos durante más de 30 minutos sobre una comodísima alfombra de césped verde. Era inevitable no dormirse. Imaginaros estirados en una explanada de césped con el estómago lleno y de fondo el sonido del agua cayendo mientras los rayos del sol te calientan la cara y el cuerpo entero,... zzzzz... bueno, eso, y que nos habíamos levantado a las 2:30 de la madrugada, cómo no nos vamos a dormir. Para regresar al aeropuerto tuvimos que tomar otra vez el bus. Fuimos pronto a la parada porque pensábamos que si había mucha gente el minibús podría llenarse y no cabríamos o bien no podríamos sentarnos. Gracias a que fuimos de los primeros en llegar a la parada nosotros sí nos sentamos. Llegamos muy temprano al aeropuerto, tanto que antes de que saliera nuestro vuelo salía otro de la misma compañia con destino también a NY. Las puertas de embarque del primer vuelo, que no era el nuestro, estaban a punto de abrirse. Preguntamos a la chica de la compañía JetBlue si podía cambiarnos nuestro vuelo por el anterior y tras unos minutos nos dijo que vale, que podíamos tomar el vuelo de antes. Genial! así llegaríamos cerca de una hora y media antes a NY. Una vez llegamos al hotel, después de tanto airtrain, metro, bus y avión no teníamos ganas de nada más que de cenar y dormir. Y eso fue lo que hicimos. 

1 septiembre: regreso 

Ha llegado el momento más triste de cualquier viaje, el regreso. El vuelo salía del aeropuerto JFK a las 7 p.m. lo cual nos daba un margen de tiempo de unas horas para despedirnos de la ciudad hasta la próxima vez que volvamos. Paseando por las calles de NY exigía a mi cerebro que retuviera y no olvidara las emociones, olores e imágenes que durante 10 días habíamos vivido. Por la mañana volvimos a Century 21. Fuimos muy pronto. No había mucha gente y pude mirar y comprar con toda comodidad. Solo encontré un problema. 
Los únicos probadores que hay para hombres están en la segunda planta y no permitían probarse otra ropa que no fueran tejanos o trajes. Vi pijamas y bañadores que me gustaron pero no me dejaron probármelos. Como la norma me parecía totalmente estúpida hice lo que cualquier otra persona hubiera hecho en mi lugar, intentar meterlos en el probador ocultos entre la otra ropa a ver si el vigilante no se daba cuenta. Me quedé con las ganas. Vaya si se dió cuenta! Menuda pillada! El tío pegándome un poquillo la bronca y yo diciéndole "- uy! sorry! sorry! I don't know. I don't speak english" y le puse una de mis mejores caras de niño bueno. Pero ni con ésas. 
El pijama y el bañador se quedaron allí . Otra vez será. 
Después de Century 21 fuimos a un OMG a comprarme unos tejanos Levi's. Yo no me iba de NY sin mis Levi's. Al final me compré los dichosos Levi's y ya de paso 2 pantalones Calvin Klein y una camiseta de los bomberos de NY. Salimos del hotel hacia el aeropuerto con cuatro horas de margen. 
Íbamos a ir en metro y Airtrain y no queríamos correr riesgos. Cuatro horas pueden parecer demasiado tiempo pero os aseguro que no lo son. 
Es un tiempo más que razonable por si hubiera que resolver algún imprevisto. Del viaje de avión de vuelta poco puedo decir. Me pasé todo el viaje durmiendo. 
Nueva York es una pasada! Espero volver pronto.

Mariustus

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