miércoles, 13 de marzo de 2013

Escapada a Berlín entre frío, historia y currywursts

Datos de interes:


-Pais: Alemania
-Ciudad: Berlín
-Fecha y duración del viaje: 6-8 de Enero de 2012. 3 días
-Documentación necesaria: Pasaporte o DNI en vigor, sin necesidad de visado para los siguientes paises:
Andorra, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bermudas, Brasil, Brunei, Bulgaria, Canadá, Chile, Chipre, Corea del Sur, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Gran Bretaña, Guatemala, Honduras, Hong Kong, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macao, Malaysia, Malta, México, Mónaco, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega , Países Bajos, Panamá, Paraguay, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, San Marino, Suecia, Suiza, Singapur, Hungría, Uruguay y Venezuela.
El resto de paises, no enumerados en la lista, deberán ponerse en contacto con la embajada de Alemania en su pais.
-Idioma: Alemán 
-Moneda: Euro
-Vacunas: No se requieren vacunas
-Electricidad y enchufe: Alemania 230 V-50 Hz. Enchufes C y F
-Diferencia horaria: Para consultar la diferencia horaria con tu país de origen, visita http://www.diferenciahoraria.info/


6 de Enero de 2012.

Como viene siendo costumbre, en alguno de los viajes, el día anterior a la salida del vuelo, hicimos noche en Madrid, en este caso el hotel elegido fue El Praderón, en San Sebastian de los Reyes. Nos pillaba cerca del Parking Aparca y Despega, donde dejaríamos el coche durante nuestra escapada.
El hotel es antiguo, pero está reformado, la cama es comoda y está muy limpio, ademas, el desayuno lo teníamos incluido en el precio de la habitación.
Sobre las 10 de la mañana nos pusimos rumbo al aeropuerto, a las 12:20 saldría nuestro vuelo con destino Berlin. Se nos hizo bastante corta la espera, entre lecturas de guias, música, risas y mas risas, que de eso ha habido mucho en este viaje.


Embarcamos en hora, el vuelo fue genial, y en unas 3 horas estamos aterrizando en el aeropuerto de Berlin Schönefeld.
Al bajar, no nos parecía que hiciese tanto frio, el día estaba gris, se notaba que acababa de llover, y ya casi estaba anocheciendo.
Nos dirigimos al metro para llegar al centro e ir a nuestro hotel. La combinación elegida fue la siguiente: Linea S-Bahn 9 desde Flughafen Berlin-Schönefeld hasta Ostkreuz, allí cambiamos de tren al S-Bahn 7 o S-Bahn 5 hasta la parada Alexanderplatz.
Desde aquí teníamos dos opciones, una era ir andando y la otra dirigirnos en U-Bahn 8 hasta la parada de nuestro metro, Rosenthaler Platz. Elegimos la ultima opción, ya que íbamos con las maletas, y, ademas, habíamos sacado el pase de un día completo para la red de transportes de Berlín.
Decir que si viajais en grupo, os conviene totalmente el billete para grupos pequeños. Nosotros cogimos uno para grupos, en el que incluyen 5 personas, y dos individuales. Repartimos a partes iguales el precio total, y pagamos para la Zona A,B,C, el primer y ultimo día, ya que el aeropuerto está en la zona C, 4,15 cada uno. Y el segundo día, que solo nos movimos por la zona A y B, 3,95 €. Así que nosotros sacamos partido a nuestras tarjetas de transportes y a muy buen precio.
Volviendo a nuestra llegada a Berlin, como os comentaba, nos decantamos por el metro. La parada Ronsenthaler Platz se encontraba justo al lado de nuestro hotel.
El elegido fue el Easyhotel Berlin Hackescher Markt. El precio es buenísimo, no creo que se pueda encontrar en Berlín nada mejor en cuanto a relación calidad/precio. Si buscais un hotel solo para ir a dormir, que esté limpio, con su baño incluido, y no necesitáis demasiado espacio en la habitación, estoy segura que no os defraudará. El precio de la habitación doble, por pareja y noche fue de 25 euros.
Habiendo dejado todas las cosas en el hotel, lo primero que hicimos fue ir hasta Alexanderplatz para comer algo. En la entrada de la estación, probamos nuestras primeras currywurst, riquísimas, aunque para mi aquellas eran un poco picantes.
Despues del momento currywurst, empezamos nuestro recorrido.
En la Alexanderplatz, llamada por los berlineses, Alex, podeis encontrar el Reloj Mundial, que siempre está rotando y mostrando la hora del mundo. Ademas, siempre hay gente, es una plaza muy animada, con tiendas, restaurantes, bares, puestos de comidas y discotecas.

Nuestra intención desde la plaza, era ir hasta la Puerta de Brandemburgo, viendo todo lo que encontrásemos en nuestro camino. Así que, hacia allí nos dirigimos.
Caminamos por la Karl-Liebknecht-StaBe, donde nos encontramos los famosos semáforos con los Ampelmann. Estos curiosos monigotes, se comenzaron a instalar en 1961 en la Alemania Oriental. Con el tiempo, esta figurita se volvió tan popular que se empezó a usar de manera educativa.
En esta misma calle, si nos dirigimos hacia la Isla de los Museos, a la izquierda nos encontramos La Iglesia de Santa Maria o Marienkirche. Intentamos entrar, tanto el viernes, como el sábado, pero en las dos ocasiones, se estaba oficiando misa, y nos prohibieron la entrada. Hicimos unas fotos muy chulas de la iglesia con la Torre de Televisión.
Continuamos nuestro camino, cruzamos el río por la Isla de los museos, y allí nos encontramos La Catedral de Berlin o, tambien conocido como, Berliner Dom. Fue construida entre el año 1895 y 1905. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió muchos daños, debido a los bombardeos. Pero no fue hasta el año 1975 cuando comenzaron los trabajos de reconstrucción, que fueron terminados en 1993.
Salimos de la Isla de los Museos y comenzamos a caminar por la famosísima, Unter den Linden. Fue el centro neurálgico de la vida berlinesa hasta la Segunda Guerra Mundial, y, a lo largo de ella, podemos encontrar diferentes instituciones, que al día siguiente veríamos con la luz del día.
Ibamos maravillados observándolo todo, y dando gracias que la lluvia nos estaba dando tregua. Nos plantamos en la mitad del bulevar, donde se cruza la FriedrichstraBe. Allí encontramos diferentes escaparates de lujo. 
Muy cerca se encuentra el famoso Hotel Adlon, construido en 1907, y donde todos recordaremos la imagen de Michael Jackson enseñando su bebe a los fans, sacándolo por la ventana.
Desde ahí teníamos al lado nuestra meta, la Puerta de Brandemburgo. La habíamos visto tantas veces en fotos, que sabíamos de sobra como era. Sus 6 columnas, su cuadriga de cobre con la Diosa Victoria en ella..., teníamos delante la magestuosa puerta. Estuvimos un buen rato allí haciendo fotos, grabando y admirándola.
Serían mas o menos las 10 de la noche, y decidimos ir hacia Alexanderplatz en metro, ya que, al llegar habíamos visto un sitio muy chulo con unas chimeneas exteriores, donde tomar unas cervezas con el frio que hacía. Pero al llegar, habían quitado la chimenea redonda, pero justo enfrente, había una discoteca que tenía muy buena pinta, AlexOase. 
Entramos y estaba todo bastante tranquilo, con muy buena musica. La gente estaba en los sillones bebiendo cervezas, así que nos buscamos un hueco, nos acomodamos y pedimos unas buenas cervezas, después de un rato, empezamos a bailar, y, entre cervezas, fotos y bailes, nos dieron la 1 de la mañana.

Así que, nos despedimos de la gente que habíamos conocido, Sara y Sara de Dusseldorf, y el boxeador y su amigo cubano; y nos fuimos a comer algo al Burguer King de Alexanderplatz y al hotel a descansar.

7 de Enero de 2011
Suena el despertador a las 6 de la mañana, por la ventana todavía es de noche, una ducha y bajamos a la recepción.
Salimos a la calle y está empezando a chispear, nos montamos en el metro hasta Alexanderplatz. Allí nos dirigimos en dirección a la Torre de Televisión, justo en frente hay una especie de Centro Comercial, con tiendas y algún restaurante.
Nos metimos en una cafetería y allí desayunamos. Nosotros pedimos 2 croissants, 1 berlinesa rellena de mermelada, 1 pan de sésamo, cafe con leche y zumo. Total: 6 euros.
Bien desayunados, empezamos un recorrido por todos los monumentos y sitios históricos de Berlín.
Empezamos por admirar la Torre de Televisión de día, las nubes casi cubrían su parte superior.
Al lado de la Torre, intentamos entrar en la Iglesia de Santa Maria, pero, como ya os comenté, se estaba oficiando misa y nos fue imposible.
Muy cerca de la Iglesia, encontramos un pequeño parque, donde encontramos la escultura de Marx y Engels. Está justo antes de cruzar el río.
Cruzamos, y ya estamos dentro de la Isla de los Museos. Podemos admirar el Berlines Dom de día, que la verdad nos gustó mucho. 
Frente a la Catedral, encontramos la plaza Am Lustgarten, testigo de muchos sucesos ocurridos durante la Alemania nazi, como pudimos ver en una exposición.
Es una gran explanada, en la que hoy encontramos césped y una fuente, que estaba apagada. Ademas, desde el centro de la plaza, tenemos una vista preciosa del Altes Museum.
Al cruzar el puente, encontramos un precioso edificio rosado, es el Zeughaus, antiguo Arsenal, que hoy en día alberga el Deutsches Historisches Museum. En ese punto empieza la avenida Unter den Linden, y este es su edificio mas antiguo.
Continuamos caminando, y al lado del Museo Historico Alemán, encotramos el Edificio de la Nueva Guardia. En su interior, hay un patio totalmente vacío, y en el centro se exibe una estatua, llamada la Pietá de Kollwitz, que representa el sufrimiento de los berlineses durante la Segunda Guerra Mundial. Esta estatua, es una mujer que sostiene en los brazos a su hijo muerto. El techo del edificio muestra un óculo, justo por encima de la mujer, que deja la estatua a la intemperie, sin refugio de la lluvia, el sol o la nieve.
En frente de la Nueva Guardia, se encuentra el restaurante Opernpalais. Justo al lado está la Babelplatz, conocida por la quema de libros (unos 40.000) que llevaron a cabo las juventudes hitlerianas y los camisas pardas, en el año 1933.
La plaza estaba la mitad en obras, pero aun así pudimos contemplar el monumento que recuerda esta quema de libros. En el suelo hay un cristal que deja ver una biblioteca llena de estantes blancos, y sin ningún libro.
En la misma plaza, está la Alte Bibliothek.
Salimos de la Babelplatz por la calle BehrenstraBe, y nos dirigimos por la calle MarkgrafenstraBe, hasta encontrarnos con la Gendarmenmarkt.
En esta plaza encontramos 3 edificios: las catedrales gemelas, una alemana y otra francesa, y el Konzerthaus Berlin, una sala de conciertos, usada para tal fin desde 1994.
Es una de las plazas mas bellas de Berlin, pero en nuestro caso, no pudimos disfrutarla como nos hubiese gustado, ya que comenzó a llover, así que decidimos entrar en la Catedral Alemana, que es la que se encuentra en el lado sur de la plaza.
Dentro de la catedral, nos encontramos una exposición, muy interesante, sobre la historia de Alemania.
Tras una hora y media, salimos de allí, y había dejado de llover. Nos dirigimos por la calle MohrenstrBe, hasta FriedrichstraBe, que nos llevaría directos al Checkpoint Charlie, el más famoso de los pasos fronterizos de Muro de Berlín, entre el año 1945 y 1990. Esta frontera abría el paso a la zona de control sovietica con la estadounidense. Aquí, tambien encontramos dos hileras de ladrillos en el suelo, que indicaban por donde pasaba el muro.
Con los paraguas abiertos, porque la lluvia volvía a dar la cara, continuamos nuestro camino por la calle ZimmerstraBe, hasta dar de frente con la zona donde, entre 1933 y 1945 se encontraba la central de la Gestapo, y a partir de 1939, la Oficina Central de Seguridad del Reich.
Actualmente aquí, se encuentra "La Topografía del Terror", una exposición que muestra la historia de este lugar como el centro de control del programa nacionalsocialista de extermino y persecución.
La exposición se muestra en aleman y en ingles, y enseña todas las barbaries que se vivieron. Sin duda, poder ver fotos de como se humillaba, torturaba y mataba a las personas por razón de su sexo o raza, hicieron que esta visita fuese una de las que más me marcase.
En el mismo recinto de la exposición, hay un trozo de muro, declarado patrimonio historico en 1990. Los empleados de allí, consiguieron preservarlo, cuando estaba previsto que se quitasen todos los trozos de muro que quedaban repartidos por el centro de la ciudad.
A unos pocos metros, encontramos el museo Martin-Gropius-Bau, en su fachada se pueden observar los daños que sufrió en la Segunda Guerra Mundial.
Llevábamos toda la mañana pateando Berlin, luchando contra el frio, y a ratos, la lluvia. Nuestras tripas empezaban a rugir, así que, antes de llegar a la Postdamerplatz, hicimos un KitKat. En la esquina de la calle NiederkichnerstraBe con StresemannstraBe, encontramos un puestecito de currywurst, nos sentamos bajo una carpa de lona y, por unos 4 euros cada uno, nos comimos una currywurst con cebolla y una cocacola.
Con el estomago lleno, ya teníamos fuerzas para tirar otro buen rato. Llegamos a la Postdamerplatz, una plaza donde se celebra el Festival de Cine de Berlín, y donde se instaló el primer semáforo de Europa.
Durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, la plaza sufrió los bombardeos, y quedó prácticamente destruida. Por ello, encontramos edificios tan modernos, entre los que se encuentran el Sony Center.
Siguiendo nuestro camino por EbertstraBe, encontramos un montón de bloques de hormigón, mojados por la lluvia, de diferentes tamaños. Se trata del Monumento a los judios asesinados durante el Holocausto.
Sin duda, al meterte entre los bloques, el monumento consigue transmitir una sensación de desorientación y agobio, al hacerse más y más altos.
Nuestros relojes marcaban casi las 3 de la tarde, así que decidimos ir hasta la Puerta de Brandemburgo, donde cogeríamos el metro para llegar hasta Breitscheidplatz. De camino vimos de lejos, la cúpula del Reichstag, donde subiríamos por la noche.
Al salir del metro, nos encontramos con "la muela picada, la polvera, y el pintalabios". La muela picada es la iglesia Kaiser Wilhem, que quedó destrozada por las bombas, durante la Segunda Guerra Mundial. Se dejaron las ruinas de manera conmemorativa, pero al llegar nosotros, estaba totalmente tapada, así que nos tuvimos que conformar con ver "la polvera", un edificio octogonal construido como campanario en 1960, y "el pintalabios", una capilla formada por cristales azules.
Era hora de irnos hacia el Pergamon Museum, cogimos el metro, la línea U-Banh 2, desde Zoologischer Garten, hasta Stadtmitte, donde nos bajamos y fuimos a pie hasta la Isla de los Museos. Por el camino, pudimos volver a ver la Gendarmenmarkt, anocheciendo y sin lluvia.
Llegamos al Museo Pergamon, compramos nuestras entradas, y cogimos nuestras audioguias. Sin duda es un museo impresionante, tan solo poder contemplar el Altar de Pérgamo, o las Puertas de Isthar, ya merece una visita. 
Ademas, encontrareis el Altar a la Diosa Atenea, la Sala de Trajano, arquitectura romana, monumentos babilonios, entre otras muchas cosas.
Eran las 6 de la tarde, y el museo cerraba sus puertas. Con la noche bien cerrada, decidimos ir caminando desde allí, a un pub cercano que nos habían recomendado. Sin duda fue un acierto, el lugar elegido se llama Berliner Republik.
A las 9 nos fuimos al hotel, cogimos el tripode que usaríamos para fotografías nocturnas, y nos fuimos en metro hasta el Reichstag. Teníamos reserva a las 22:15, llegamos con 15 minutos de antelación. Para reservar y no hacer cola:
Pasamos por los controles de seguridad, como los de los aeropuertos, y un hombre muy amable nos acompaña hasta el ascensor.
Subimos, y salimos a la terraza, donde se encuentra la cúpula de cristal. Las vistas desde allí son maravillosas.
Después de un rato viendo Berlín por los cuatro costados, subimos por la rampaa interior de la cúpula, hasta lo más alto.
Estábamos tan agusto, los siete solos, sin gente, que no teníamos ni ganas de irnos. Tener Berlín a nuestros pies, y todo iluminado fue maravilloso.
Bajamos, y fuimos a hacer unas cuantas fotos, al Reichstag, la puerta de Brandemburgo, el Monumento a los judios..., hasta que nos dimos cuenta que ya se había pasado la hora de la Cenicienta, y al día siguiente, queríamos madrugar para aprovechar nuestras últimas horas en la ciudad.
Cogimos el metro hasta el hotel, y allí nos quedamos 4 de nosotros cenando en un chino/italiano que hay a la salida del metro Rosenthaler Platz, y los otros 3 se fueron a vivir la noche berlinesa.

8 de Enero de 2012
A las 6 de la mañana ya estaba sonando el despertador, como es costumbre, la maleta se quedó preparada la noche anterior. Bajamos a la recepción y dejamos el equipaje en unas taquillas que tienen habilitadas en el subsuelo. Esperamos un rato a que el resto de los viajeros bajasen, pero por allí solo aparecen Laura y Rubén, nos faltan los 3 solteros que, la noche anterior habían ido a comerse la noche berlinesa. Le pido a la recepcionista el numero de sus habitaciones, subo y solo consigo localizar a Javi, que me dice que en 10 minutos está abajo. Mientras tanto, el resto nos vamos a desayunar. Aparece Javi, y de Sergio y Seyen no tenemos señales de vida, volvemos a subir a su habitación y, tras aporrear, literalmente, la puerta, abre Seyen con una cara indescriptible, sus únicas palabras fueron: "Sergio, Sergio, Sergio, nos hemos dormido". Cerró la puerta, y en menos de un minuto los teníamos a los dos vestidos y casi saliendo por la puerta.
Ya estábamos todos, así que cogimos el metro y nos dirigimos a la East Side Gallery, para llegar allí cogimos el metro, desde Rosenthaler Platz, linea U-banh 8, hasta Alexanderplatz, donde enlazamos con el S-Banh 5 o 9 hasta Ostbahnhof, donde comenzaríamos el recorrido a traves del casi kilometro y medio, que hay de muro.
Llegamos hasta el final, donde cruzamos el puente Oberbaumbrücke, para llegar a la parada de metro Schlesisches Tor, que, con un transbordo en Warschauer StraBe, donde cogimos el S9, nos dejaría en la parada Tiergarten.
Allí, nos acercamos hasta la Columna de la Victoria. Dicho monumento, se construyó para conmemorar la victoria de Prusia contra Dinamarca, en la Batalla de los Ducados. Mide 69 metros y en la punta de la columna hay una estatua de la Diosa Victoria.
Ya era hora de ir a comprar los regalitos que nos traeríamos de vuelta, fuimos a diferentes tiendas que se extienden por Karl-Liebknecht StraBe, donde encontramos la famosa tienda de los Ammpelman. Nostros compramos 3 imanes para nuestra colección. Uno con un trozo del muro, y los dos Ammpelman.
Tras las compras, decidimos comer algo en un McDonalds cercano, donde, después de muchos años, pude volver a probar la hamburguesa McRib.
Se nos acababa la escapada, nos acercamos al hotel a buscar nuestras maletas, y al igual que a la llegada del viaje, cogimos en Alexanderplatz el tren hasta Ostkreuz, y de allí enlazamos con la línea S9 hasta el aeropuerto.
Una vez allí, lo de siempre, pasamos los controles, esperamos a nuestro embarque y, con mucha pena, regresamos a Madrid, donde al desembarcar, cogimos nuestro coche del parking y regresamos a Cartagena.

Babysapito.

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