Estas fiestas navideñas de 2012 hemos tenido el acierto de conocer parte de la ruta del Maestrazgo así como del camino del cid. Para ello reservamos hotel en Peñíscola. El único que en estas fechas encontramos abierto fue un 4* el Peñíscola plaza suites en el paseo marítimo pero al límite de esta población con Benicarló.
Teniendo como punto de partida la localidad de Morella, en la provincia de Castellón, la comarca del Maestrazgo se puede dividir en tres grandes rutas.
La primera, de unos 130 km aproximadamente, sería la que en parte realizamos nosotros y que recorre los pueblos de Morella—Forcall—Mirambel—Cantavieja—Iglesuela del Cid—Ares del Maestre—Morella. Es la menos extensa de las tres.
Una segunda ruta de 150 km es la que sale de Morella—Santuario de la Balma (Zorita)—Grutas de cristal (Molinos)—Castellote—Morella.
Y la última de ellas y más extensa, 170 km, sería la que sale de Morella—Herbés—Peñarroya—Vallderrobres—Alcañiz—Morella.
Nuestro primer día en Peñíscola decidimos ir a ver el pueblo de Morella y, a continuación, otro de alrededor que conforman parte de la Ruta del Maestrazgo como Forcall, Mirambel y Cantavieja. Debo decir que todos los cuatro pueblos que hemos visitado hoy me han encantado. Todos tan distintos pero con el denominador en común de estar en cimas de montañas y con su fortaleza oteando el horizonte, manteniendo un gran estado de conservación.
Morella.- Morella es una ciudad que vive y sueña entre murallas cuyo origen data del siglo XI. Morella es conjunto histórico nacional y conserva excelentes muestras del paso de la historia en sus calles medievales. Coronada por el castillo y abierta en sus cinco puertas de acceso, es la capital de la comarca d’Els Ports.
Sin duda alguna el más espectacular de los cuatro que visitamos. Se accede a través de sus puertas amuralladas. Nosotros lo hicimos tras aparcar el coche por la de Sant Miquel y enseguida accedes al recinto amurallado. Nada más entrar nos encontramos con la Oficina de Turismo que muy gentilmente nos indicaron el recorrido a realizar para hacernos al menos una idea de qué es el pueblo y qué fue en su día. Está situada en el extremo norte de la Comunidad Valenciana es la capital de la comarca de Els Ports y es el eje de comunicación con Zaragoza, el País Vasco y Santander y a 80 km (1 hora y cuarto) desde Peñíscola. Por ello su privilegado enclave fue elegido muchos siglos atrás para convertirse en plaza fuerte.
Cerca de 1.500 metros de muralla se levantaron y fueron su defensa y su límite. Todavía hoy se conservan intactos los testimonios del correr del tiempo en esta ciudad. Resulta difícil vencer la tentación de callejear y dejarse llevar por nuestros pies a través de un laberinto de calles concéntricas y radiales las cuales nos conducen casi sin querer al Castillo. Paseando por su calle principal Blasco de Alagón, nos encontramos con bajos porticados siendo ésta una de las imágenes más famosas de Morella y dónde se celebra todos los domingos por la mañana un mercado, tradición arrastrada desde los tiempos de Jaime I que, en el siglo XIII, concedió a los comerciantes el privilegio de realizar sus compras y ventas sin tener que pagar impuestos. Como artesanía local podemos decir que se remonta al Siglo XIII. Al principio se tejían alfombras, telas ordinarias y paños conocidos como cordellats, barraganes y tartanes. Las alforjas y las famosas mantas morellanas aparecieron en el S. XVIII.
Y como gastronomía local citaremos embutidos y jamones, la trufa. La sopa de flan, la morellana con sus buñuelos el conejo con caracoles, las setas y croquetas morellanas conforman unos platos exquisitos que no deberíamos dejar pasar la ocasión de probar alguno de ellos para rematarlos con un postre como la collà (cuajada). Pastas como las herraduras y los flaones ponen el colofón gastronómico para una mañana completa…
Forcall.- En el valle que forma la confluencia de los ríos Bergantes, Caldes y Cantavieja descansa Forcall en la provincia de Castellón, entre montañas cubiertas de pinos y carrascas. En la plaza mayor, el palau de los Ossets-Miró es un símbolo de piedra y aleros de madera labrada. Casonas históricas y callejuelas típicas adentran al viajero en otras épocas y, para el caminante, parajes pintorescos, con espectaculares vistas y frescas fuentes aguardan en los alrededores a los amantes de la naturaleza.
Después de comer nos dirigimos a Forcall, que se encuentra a unos 13 km por una carretera local. El principal reclamo de este pueblo es su Plaza Mayor rectangular con pórticos renacentistas, el espléndido palacio de los Osset, así como el horno de pan más antiguo de Europa en funcionamiento que data del año 1246.
Mirambel.- Reconquistada a los árabes hacia 1169 por Alfonso II, la historia de Mirambel permanece estrechamente ligada a la de las diferentes órdenes militares que se encargaron de la gestión de buena parte del Maestrazgo turolense. En primer término fue concedida a la orden del Santo Redentor, pasando luego a la orden del Temple. En 1243 el maestre del Temple le otorga carta de población. Cuando la orden del Temple fue suspendida por mandato papal, la encomienda de Cantavieja pasó íntegramente a la orden de San Juan de Jerusalén, esto ocurrió en 1314 y desde entonces, el dominio duró hasta mitad del siglo XIX.
A continuación, y por la misma carretera llegamos a Mirambel pueblo anclado en los siglos XV, XVI Mirambel pueblo anclado en los siglos XV, XVI y XVII, ya a 30 km de Morella. Deambular por las callejuelas de este pueblo te transporta a la Edad Media.
Cantavieja.- Es un municipio de la provincia de Teruel en la Comunidad Autónoma de Aragón, en España.
Cantavieja ha sido la capital tradicional del Alto maestrazgo y es la capital administrativa de la comarca turolense del Maestrazgo. Está enclavada en un paisaje abrupto con grandes barrancadas de gran valor paisajístico. En 1981 fue declarada Conjunto Histórico Artístico por su interés monumental arquitectónico y su rico pasado histórico. Su término municipal está dividido en cuatro partidas, que cuenta con numerosas masías, de las cuales, unas 125 están habitadas.
A 20 km de la anterior población se encuentra la ciudad amurallada de Cantavieja. Al igual que las anteriores muy bien conservada y limpia, respetando la obra nueva en todo momento el entorno en el que se edifica. Una ciudad en que pudimos comprobar el ruido del silencio mientras comprobaba el paisaje desde el punto más cercano a la garita que oteaba el horizonte.
De noche y ya bastante cansados fuimos al hotel a ducharnos y cenar en el bufet para a continuación escuchar un rato de música en vivo mientras nos tomábamos algo en uno de los bares del hotel.
Al día siguiente decidimos ver las Cuevas de San José, en Vall d’Uixò y después el casco antiguo del pueblo de Onda. En el año 1902 dos grupos de personas compitieron por ver quienes eran capaces de adentrarse más. Un joven estuvo a punto de perder la vida al intentar forzar la "Boca del Forn" a través del pequeño espacio que dejaban las aguas en aquella época, pues este era el lugar que marcaba el límite de la parte accesible de la cueva.
Durante los siguientes años fue creciendo el interés por conocer con detalle la cueva. En 1915 el prestigioso historiador Carlos Sarthou Carreres realizó una exploración parcial.
La visita tiene una duración aproximada de 40 minutos con una temperatura de 20º C. todo el año realizándose un recorrido en barca de aproximadamente 800 metros, de los cuales 255 se realizan a pie por una galería seca. Además existe un tramo de 1.950 metros inaccesible al público. A pesar de las múltiples visitas de espeleólogos, No se conoce el origen del Río ni el final de la gruta.
Sus calles: En ellas se respira el aire de diferentes culturas. Paseando por sus zigzagueantes calles el silencio nos acompaña sólo interrumpido por las fuentes de algunos rincones del recorrido o por el propio murmullo de las voces de los vecinos.
Tras salir de las cuevas entramos en la oficina de turismo que hay dentro del mismo recinto y nos aconsejaron visitar el pueblo de Onda. Hacia allí nos dirigimos y en un ratito nos plantamos allí puesto que más o menos hay unos 30 km más de la mitad por autovía. Llegamos prácticamente a la hora de comer y encontramos cerca del centro un bar-restaurante en el cual comimos por 10 Euros incluidas la bebida, postre y pan cada uno con 10 platos a elegir de primero y otros tanto de segundo. Además los platos debo reconocer que eran generosos. Después de comer y como a las 15,30 abrían el castillo nos dirigimos andando hacia él ya que nos sobraba algo de tiempo. La verdad es que las cuestas para llegar arriba de la montaña donde lo edificaron son en algún momento grandes con lo que la comida no tardó en digerirse, afortunadamente.
Para acabar nuestra visita por estas tierras nuestro último día consistió en visitar con calma durante la mañana el casco antiguo de Peñíscola, aprovechando además que instalaron un mercado medieval en la entrada del castillo del Papa Luna.
Al igual que los días anteriores hoy también ha amanecido con un sol espléndido y sin ninguna nube. En el sol se estaba muy bien, casi nos sobraba el abrigo pero, si caminabas por la sombra, entonces notabas la brisa fría en tu rostro agradeciendo toda la ropa que uno llevaba. El Castillo, construido por Los Templarios sobre restos de una antigua alcazaba árabe, sufrió pequeñas reformas bajo el mandato de Benedicto XIII transformándolo en palacio papal. Además del Castillo, que se halla situado en la parte más elevada del tómbolo, destaca todo el Casco Antiguo de la Ciudad, cuyo conjunto de murallas han sido construidas en distintas épocas, configurando su potente imagen de fortaleza inexpugnable.
Las murallas se dividen en tres zonas y estructuras arquitectónicas y militares diferentes. De las tres zonas, destaca la muralla renacentista que constituye el frente de la fortificación.
Fortificación del siglo XVI proyectada por el famoso arquitecto J.B. Antonelli, siendo una muestra de la arquitectura militar peninsular. Tras pasear por tanta historia medieval hicimos y dado que ya el estómago nos estaba reclamando su atención encontramos un restaurante en el cual dimos buena cuenta de una paella marinera. El local regentado por un mariscador que en otros tiempos fue además pescador y en su propio restaurante se encuentran parte de sus aperos de pesca dentro de unas vitrinas. En un aparte de la web hay una reseña del mismo para quien estuviera interesado en visitarlo. (Totalmente recomendable por cierto).
El hotel.- Como he comentado al principio el hotel que elegimos fue el “Peñíscola Plaza Suites” de 4* y para decir verdad creo que le “sobra” una estrella a juzgar por la escasez de variedad en el bufet tanto en la cena como en el desayuno. Igualmente al tratarse de una habitación (suite standard) cuádruple y tener que reclamar en dos ocasiones tanto algunos enseres de baño como sábanas extra para el sofá cama. Por lo demás el hotel está muy bien, con 4 restaurantes temáticos (2 en funcionamiento) pero pequeños así que las reservas se acababan enseguida, piscinas exteriores, acceso directo a la playa. Se consideran extras el parking (6 €uros), internet por cable o Wifi (6 tarifas distintas según la necesidad de cada uno) y caja fuerte (4 €uros y 50 céntimos).
Ilusionado.
Gracias por una información tan detallada, sin lugar a dudas el interior de Castellón tiene un gran patrimonio natural y cultural. Saludos!!!
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