Arcos de la Frontera, la perla de la Ruta de los Pueblos Blancos.

Foto Pedro A. Lozano
El pueblo que me vio nacer hace ya unos años es Arcos de la Frontera, un pueblo encaramado a una peña de arenisca y de gran belleza que aparece en las obras literarias de Azorín, Pío Baroja, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, etc. Asimismo es cuna de poetas y escritores como Miguel Mancheño y Olivares, Julio Mariscal Montes, Antonio Luis Baena, Pedro Sevilla, José y Jesús de las Cuevas, Antonio y Carlos Murciano… y muchos más artistas que se inspiran en nuestro pueblo.

Arcos de la Frontera es un pueblo situado al norte de la provincia de Cádiz. Al norte limita con los municipios de  Espera, Bornos y Villamartín; al oeste y sur con Jerez y Algar, y al este con Prado del Rey, Ubrique, Benaocaz y el Bosque. Es el municipio más poblado y más grande de la comarca conocida como Sierra de Cádiz (que tiene 19 pueblos).

Es un punto ideal para pernoctar en un viaje a la provincia de Cádiz por estar cerca de los famosos pueblos de la Sierra: Grazalema, Zahara de la Sierra, Setenil de las Bodegas, etc., y al mismo tiempo también cerca de Jerez de la Frontera (unida por autovía) y las poblaciones de la Bahía gaditana: El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, etc.

Situación de Arcos de la Frontera en la provincia

Posición de Arcos de la Frontera con respecto a la zona de la Bahía

Desde el punto de vista turístico es el primer pueblo de la conocida Ruta de los Pueblos Blancos, formada por una serie de pueblos serranos caracterizados por su arquitectura popular, trazado urbano y sus calles encaladas, que junto a la riqueza del paisaje de sierra lo convierte en un destino muy atractivo.

El nombre de Arcos procede del término latino Arx-arcis, que significa “fortaleza en altura” en referencia a su privilegiada ubicación, en lo alto de la llamada Peña, un cerro ubicado entre la campiña jerezana y la sierra gaditana, rodeado por el río Guadalete. La peña arcense mide casi 100 metros de altura.

Ruta de los Pueblos Blancos 

Muchas de las fotos de esta entrada son de mi hermano Pedro, gran conocedor de los mejores lugares desde los que capturar una magnífica instantánea de Arcos, ya sea desde sus alrededores o desde privilegiadas atalayas. Desde aquí le agradezco su colaboración.

Foto de Pedro A. Lozano

Foto de Pedro A. Lozano

Antes de seguir con la visita a Arcos me gustaría advertir a quienes se animen a visitarlo que el centro histórico es un entramado de calles muy estrechas y por algunas caben los coches muy justos; para evitar sofocones innecesarios recomiendo aparcar por la Calle Corredera o su paralela Paseo de Boliches, aunque de lunes a sábado son zona azul; algo más a las afueras se puede aparcar sin limitaciones horarias; o bien se puede optar por dejarlo en cualquiera de los dos parkings que se encuentran en el Paseo de Andalucía y la Calle Tras los Molinos, muy cerca de la Calle Corredera desde donde iniciamos nuestro recorrido.

Así acaban los visitantes que se atreven a subir el coche al centro

Breve reseña histórica

El término municipal de Arcos ha estado ocupado desde la época paleolítica; la Cueva del Higueral y las terrazas del río Guadalete han dado abundancia de material lítico de ésta época y en diversos yacimientos del término municipal aparecen elementos líticos pulimentados, típicos del Neolítico y restos materiales de la Edad de los Metales.

Restos romanos de entidad no se han encontrado en el casco histórico de Arcos, pero sí algunos que confirman su presencia.  En su término municipal destaca el yacimiento íbero-romano de Sierra de Aznar, con un “Castellum Aquae” alucinante y alguna villa romana con mosaicos ya desmantelados en el Santiscal.

En época musulmana se denominó Ar-Koch. Durante el Emirato dependiente de Damasco (711-757) perteneció a la Cora de Sidonia. En el Califato de Córdoba, Arcos se declara estado independiente; el emir de Calsena tomó la ciudad y se la quitó a Córdoba. En este momento la villa se amuralla, surge el trazado urbano y se construyen molinos a pie del río. Tras el desmembramiento del califato, el territorio se divide en pequeños reinos de Taifas (pequeños reinos gobernados por reyezuelos); Arcos fue una taifa regida por la familia Jazrum, de origen bereber. Sus continuos roces con el rey Almutamid de Sevilla acabaron con la taifa arcense y su anexión a la de Sevilla en 1090. Desde su reconquista la historia de Arcos es la típica de los pueblos de frontera con continuas luchas entre el poder islámico y el cristiano. En 1233 Fernando III entra en Arcos y deja un retén para su defensa, pero vuelve a caer en manos musulmanas. En 1255 Alfonso X conquista la ciudad; comienza entonces su repoblamiento por castellanos y leoneses; permanecen no obstante en ella algunos mudéjares, que acabaron levantándose. Fueron derrotados definitivamente en 1264, siendo cedida al Infante Don Enrique, aunque volvió a manos reales por su carácter de frontera. En 1408 el rey se la entrega a Ruy López Dávalos y después en 1440 a los Ponce de León, Duques de Arcos hasta bien entrado el siglo XVIII.

En el siglo XIX Arcos sufre la ocupación francesa desde 1810 a 1812. En esta época se acaba con la jurisdicción señorial por la aplicación de la política liberal. La propiedad de la tierra provocó tensiones sociales hasta el siglo XX.

En 1962 es declarado CONJUNTO MONUMENTAL-ARTÍSTICO.

Recorrido turístico

Desde el siglo XVIII Arcos se desarrolla fuera del recinto amurallado y surgen tres enclaves: el barrio de la Corredera, el barrio de San Francisco, en torno a la Iglesia de los Franciscanos del siglo XVI, y el barrio Bajo, asentado a los pies de la peña arcense. Empezamos el recorrido en la Calle Corredera, la principal de Arcos que conduce al casco histórico.

Vista de la Calle Corredera desde la Cuenta de Belén

Vista de la Calle Corredera hacia la Cuesta de Belén

Ya la Calle Corredera ofrece algunos atractivos como la Iglesia San Miguel, que fue fortaleza musulmana sobre una colina hasta el siglo XV cuando se convierte en ermita bajo la advocación de San Miguel, patrón de Arcos. En 1684 se hunde y se reconstruye durante el siglo XVIII. También fue hospicio de niñas huérfanas. Actualmente está cerrada al culto y se usa como sala de exposiciones y conferencias.

Si se sigue subiendo la calle, en la misma acera nos encontraremos con el edificio del Pósito con una fachada de piedra de 1738; fue almacén de trigo en el siglo XVIII, de donde su toma su nombre. Años más tarde fue colegio público, al que asistí durante mi niñez. Hoy en día es un centro de salud.

Un poco más arriba, justo antes de empezar la primera cuesta rigurosa de Arcos, está el Hospital de San Juan de Dios, que se creó en el siglo XVI como Hospital de San Sebastián, unido a una ermita. Había en esta época en Arcos 14 hospitales de beneficiencia y en 1596 se reunificaron en el de San Sebastián. Tiene un bonito patio de columnas que se ve al pasar a través de una puerta de forja. La iglesia es según Romero de Torres “una bonita iglesia barroca descargada de adornos y de aspecto sencillo y agradable”.

Patio

De noche

Toca subir la Cuesta de Belén, preámbulo del casco histórico arcense. Aquí estaba una de las tres puertas de acceso a la ciudad en época medieval, la llamada Puerta de Jerez, que estuvo en pie hasta 1852, fecha en la que a alguna cabeza poco amueblada se le ocurrió derribarla.

A mitad de la cuesta, en el número 15 está la casa natal del poeta Julio Mariscal, en cuya fachada podemos ver este azulejo conmemorativo

Seguimos el recorrido y nos encontramos con la Oficina de Turismo y el Centro de Interpretación de la Ciudad de Arcos, CICA, de obligada visita, pues, además de ser una típica casa arcense, con sus patios interiores, jardín y bonita azotea, desde la que se divisan los alrededores, en ella hay una maqueta que te ayuda a entender el emplazamiento de Arcos

Empieza el entramado de calles a diferentes alturas

Unos pasos más adelante y a mano derecha nos encontramos la magnífica fachada del Palacio de los Condes del Águila, considerada una joya del siglo XV que mezcla el estilo gótico tardío con la tradición mudéjar.

Justo después de este bonito edificio está la Calle Nueva, característica porque fue el foso del castillo. En 1755 con el terremoto de Lisboa se derrumba un lienzo de muralla  que ciega el foso y que da lugar a esta calle. Está adornada con macetas y es frecuente que locales y turistas hagan una pausa en el Bar Alcaraván, ubicado en una cueva de la que he oído alguna vez que son mazmorras del castillo.

Al final de la calle Nueva asoma la Torre de Santa María

Ejemplo de calle estrecha. Ésta en concreto ha estado tapiada hasta hace unos años: se dice que la cerraron por ser una calle  en la que te podían asaltar fácilmente. En esta foto se observa un elemento muy típico de las esquinas de las calles en el centro histórico de Arcos, los guardacantones, refuerzo de las esquinas con columnas antiguas en las que se observan capiteles de todas las épocas.

Se sigue el recorrido y de repente te encuentras con una mole inmensa, preciosa, en lo alto de una escalinata está la Basílica Menor y Parroquia Mayor de Santa María de la Asunción. Fue erigida tras la conquista sobre un templo visigodo y restos de una mezquita entre los siglos XIII y XIV. La fachada principal es de estilo gótico plateresco y la portada que da a la Plaza del Cabildo es mayoritariamente renacentista. Su inacabada torre, reparada tras el terremoto de Lisboa de 1755 tiene aire barroco. Desde 1931 es Monumento Histórico-Artístico.

Fachada principal

Ara romana hallada en el Callejón de las Monjas

Una vez llegas a Santa María tienes dos opciones, seguir a la izquierda por el Callejón de las Monjas, o subir la escalinata y acabar en la Plaza del Cabildo.

Callejón de las Monjas, una de la calles que más me gusta de Arcos. En 1699 se construyen los arbotantes que cruzan este callejón y que sostienen los muros de la iglesia que empezaron a inclinarse por el peso de las bóvedas. Estos arbotantes unen Santa María y lo que fue el Convento de la Encarnación.

El Convento de la Encarnación se funda en la primera mitad del XVI. Su portada principal es plateresca y la contigua de estilo gótico florido. Actualmente es un salón parroquial.

Calle perpendicular al Callejón de las Monjas

Una vez recorrido el estrecho Callejón de las Monjas a mano derecha nos encontramos la calle Pesas del Reloj, por la que se accede a la plaza más importante del centro histórico: la Plaza del Cabildo.

Esquina de la Calle Pesas del Reloj con su guardacantón

Trasera de Santa María en la Calle Pesas del Reloj y casa-palacio

La Plaza del Cabildo está bien delimitada: uno de sus laterales lo ocupa la fachada lateral de Santa María, con su torre, otro lateral lo ocupa el Parador de Turismo, otro lateral el Castillo Ducal y el otro lateral es el famoso “Mirador de la Peña” con vistas a toda la zona de campiña y huertos.  Lo que no me gusta de esta plaza es que es un aparcamiento de coches, aspecto que la desluce totalmente, ni que el edificio del ayuntamiento esté delante del Castillo Ducal, tapándolo por completo, para ver su portada hay que entrar por una escalera que hay a su izquierda; no me gusta que el castillo no se visite nunca por ser propiedad privada. Me gusta de esta plaza las vistas desde el mirador y tomarte algo en la cafetería del parador, el interior tiene un mirador espectacular y el exterior tiene unas vistas de la Iglesia de San Pedro y del Barrio Bajo estupendas.

Lateral de la plaza

Lateral con la portada de Santa María

Lateral de Santa María y el Parador

Ayuntamiento viejo con portada en piedra del siglo XVII. Se trasladó al edificio que está delante del castillo por los desprendimientos de roca de la peña, que llegaron a afectarle.

Mirador de la Peña y vistas

Interior del Parador y vistas desde su terraza

Callejón que lleva a la puerta del Castillo

Como ya he dicho el Castillo no se puede visitar. Esta foto tomada por mi hermano desde la Torre de Santa María da una idea de su estado actual. Tiene planta cuadrangular con cuatro torres en sus esquinas. Fue alcázar militar en en período musulmán. En la portada se observan los escudos de los Duques de Arcos.

Foto Pedro A. Lozano
Una buena opción para continuar nuestro recorrido es abandonar la plaza por la Calle Escribanos, que desemboca en la Plaza Botica, otro de mis rincones favoritos de Arcos.

La Plaza Botica es uno de esos lugares donde conviene pararse a tomar algo y de camino contemplar el gran edificio del Convento de las Mercedarias Descalzas, el único convento de clausura que queda en Arcos y data de 1642. Sus monjas elaboran dulces que venden allí a través de un torno y en algunas confiterías de Arcos. Antiguamente las monjas zurcían ropa y me hace mucha gracia que remendaban toda clase de ropa, menos pantalones de hombre.

También está en esta plaza el Convento de los Jesuitas, que se empezó a erigir en 1759, dejándose de construir pocos años después debido a su expulsión de España, de ahí que tenga ese peculiar aspecto. Actualmente es un mercado de abasto.

Se sigue paseando por la Calle Maldonado, una de las calles más pintadas por los artistas.  Al fondo se ve la Torre de la Iglesia de San Pedro.

Al final de la Calle Maldonado, a la izquierda, se encuentra la imponente Iglesia de San Pedro. Está construida sobre la base de una fortaleza o torre atalaya andalusí a partir del siglo XIV. Se observan diferentes estilos, gótico, renacentista y barroco, en su torre y fachada

Foto de Pedro A. Lozano

Foto de Pedro A. Lozano

Justo enfrente de la fachada principal de San Pedro está el Palacio del Mayorazgo, una magnífica casa palacio de estilo herreriano construida en el siglo XVII. Actualmente es un edificio municipal.

La Calle Cuna está justo al lado del Palacio del Mayorazgo. Es una estrecha calle cuyo nombre viene porque en ella estaba la entrada a la casa de acogida de los niños expósitos. Señalemos como anécdota que una reproducción de esta calle se encuentra en el Pueblo Español de Barcelona.

Más adelante nos encontramos la Capilla de la Misericordia, fundada en 1490 para acoger a los niños abandonados, además de servir de casa y hospital de mujeres. Su fachada es de estilo gótico. Actualmente es una sala de conferencias y exposiciones.

Son muy tipicas en Arcos las llamadas ventanas con orejeras, unos huecos en los laterales de la ventana, de diversas formas, para poder observar desde su interior lo que acontece en el exterior. Un estupendo recurso para el cotilleo, diría yo. Las orejeras las hay de todas las formas y maneras

La Calle Bóvedas es otra de las calles típicas de Arcos. Aquí las cuestas dejan de ser hacia arriba y empiezan a descender el cerro de la peña.

Si se decide seguir el callejeo a partir de San Pedro las cuestas se hacen más empinadas, la ventaja, que es cuesta abajo, la desventaja, que después hay que subirla, pero creo que merece la pena llegar al menos hasta la Iglesia de San Agustín, fundada en 1539 como Convento de San Juan de Letrán. Posteriormente ocupó el convento la Orden de San Agustín de la Observancia. Con la desamortización se expulsa a los últimos agustinos y el convento se abandona. Actualmente queda la iglesia.

Foto de Pedro A. Lozano

Foto de Pedro A. Lozano

Fotos de Arcos desde las alturas (fotos de Pedro A. Lozano)

Santa María y el Castillo desde la Torre de San Pedro

Campana de San Pedro

Barrio Bajo desde la Torre de San Pedro

San Pedro desde Santa María

Presa, lago y Mesón de la Molinera desde la Torre de San Pedro

Fotos de Arcos desde diferentes puntos panorámicos (fotos de Pedro A. Lozano)

Arcos desde la Finca Viña de la Estancia

Arcos desde  El Romeral

Arcos desde el Barrio Bajo

Arcos desde el río

Molino de San Antón

Globos sobrevuelan Arcos

Fotos desde debajo de la Peña (Pedro A. Lozano)

San Pedro

Castillo y Parador

Castillo, Parador, Santa María y San Pedro

Castillo

Vista general

Mirador de la Plaza del Cabildo

Tapeo en el casco histórico de Arcos

Bar la Cárcel

Bar Alcaraván

Mesón La Rebotica

Mesón Los Murales

Casa Rural la Campana

Restaurante italiano Mamma Tina

Excursiones desde Arcos

 1- Se pueden dedicar dos días a los pueblos más bonitos de la Sierra de Cádiz:

-          El Bosque, Benamahoma, Grazalema, Villaluenga del Rosario, Benaocaz y Ubrique

-          Zahara de la Sierra, Setenil de las Bodegas, Ronda y Olvera.

2- Otro día se puede dedicar a Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y/o Sanlúcar de Barrameda.

3- Cádiz capital merece un día, sobre todo si es verano y aprovechas para bañarte en sus estupendas playas.

4- Otro día se puede dedicar a Medina Sidonia, Vejer de la Frontera y Tarifa.

Aquí acaba esta entrada, les invitamos a visitar Arcos de la Frontera y los alrededores, sin duda, una comarca de las más atractivas de Andalucía.

Foto Pedro A. Lozano
Calíope Viajes y Vivencias