¿Sabías que en Granada hay un sitio llamado el Suspiro del Moro?
Cuenta la leyenda que Boabdil se rindió a los Reyes Católicos en Granada sin luchar en 1492. Camino a su destierro, Boabdil no se atrevía a girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo lejos se paró, sobre la colina conocida por El Suspiro del Moro, y observando por última vez su palacio y la hermosa ciudad que había perdido, suspiró, y rompió a llorar. Su propia madre, Ayesha, llena de sorpresa y furia, le reprochó sus lágrimas exclamando: "Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre".




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