Sintra
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Sintra está considerada la villa más hermosa de Portugal y no es de extrañar ya que se trata de un lugar privilegiado en donde se mezcla la belleza natural de los paisajes que la rodean y la belleza creada por la mano del hombre a lo largo de los siglos.
La Unesco la declaró en 1995 Patrimonio de la Humanidad.
Si estáis de visita unos días en Lisboa, acercarse a Sintra es imprescindible ya que tan solo se encuentra a unos 30 kilómetros de la capital.
La manera más cómoda de hacerlo es en tren. La línea Sintra-Lisboa-Sintra sale cada 15 minutos de la estación de Rossio en Lisboa.
Desde la estación de tren se asciende a Sintra-Vila (el pueblo principal) en 20 minutos a pie, pero avisamos que la cuesta puede resultar dura y agotadora, sé que hay autobuses que permiten visitarlo todo pero yo no los llegué a utilizar.
Una vez arriba, debemos visitar el Palacio Nacional, fácilmente reconocible por las dos enormes chimeneas cónicas construidas en la Edad Media.
Las visitas guiadas nos permiten conocer el Palacio por dentro, las curiosas cocinas o las salas de los cisnes y las urracas, pasando por la capilla y la sala de los escudos.
Podemos hacer un alto en el camino callejeando por la Vila Velha la pequeña y encantadora población, o dejarlo para la vuelta y seguir a pie por la calçada dos Clérigos, mientras vamos dejando atrás las fabulosas casas y fincas que los nobles portugueses construyeron adoptando Sintra como lugar de veraneo y que hoy muchas se han reconvertido en alojamientos de lujo para turistas.
Caminando llegaremos hasta el Castelo dos Mouros, construido por los árabes durante la invasión de la península Ibérica en el siglo VIII.
Esta fortificación destaca por sus impresionantes murallas y torres, prácticamente en ruinas, pero cuyas increíbles vistas no dejaran indiferente a nadie.
El Palacio da Pena. Construido en 1836 por orden del príncipe Fernando II de Portugal, representa un palacio de cuento de hadas, resultado de la mezcla de diferentes estilos arquitectónicos.
Se divide en cuatro áreas: Las murallas exteriores, el convento, el patio de los arcos y la zona palaciega. Merece la pena subir hasta arriba para disfrutar del paisaje .
Si disponemos de más tiempo también podemos visitar la Quinta de la Regualeira, el Palacio de Monserrate, el Palacio Real Queluz o el Convento do Capuchos.
De regreso, nos adentraremos por la Villa Vieja de Sintra donde las callejuelas empinadas y zigzagueantes permiten descubrir a cada paso antiguas casas cubiertas de azulejos, bonitas fuentes y un puñado de pequeñas iglesias y museos, entre los que destaca el Museo del Juguete (Museu do Brinquedo). Como colofón a nuestra visita, y para reponer fuerzas, recomendamos sentarse en alguno de los numerosos bares y cafés para saborear las queijadas de Sintra, sabrosas tortillas de queso de cabra, almíbar y canela , tan tradicionales en la ciudad como los pasteles de Belem en Lisboa.
jueves, 25 de abril de 2013
Sintra
Minerva.
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